Sin embargo, advierte que es fundamental un mayor dinamismo en la actividad del resto de los sectores económicos, ya que "por sí solo el turismo no tiene la capacidad de arrastre suficiente para reducir el elevado nivel de desempleo que registra el archipiélago".

En este contexto, Lola Pérez señala que entre los retos más importantes que debe afrontar Canarias para "oxigenar" su mercado laboral es reducir el desempleo estructural de larga duración y con escasa formación, apostando por un itinerario personalizado de inserción, que mejore del nivel de competencias de los desempleados en función de las demandas del tejido productivo.

Según datos de la EPA, en Canarias, el desempleo de larga duración ya afecta al 58% del total de desempleados. En el caso de los mayores de 45 años, la cifra se eleva al 70%.

Para la directora general de la Cámara, "el elevado número de parados de larga duración en Canarias dificulta la plena recuperación de la economía

y es un riesgo para la cohesión social". En este sentido, apunta a que es "crucial" que se articule un "plan de choque" que contemple una atención personalizada, orientación profesional y formación a estos colectivos con el objetivo de reducir el desempleo estructural de larga duración.

En este sentido, comenta que el mercado de trabajo es cada vez más exigente y, por ello, Canarias "tiene que focalizar sus políticas activas de empleo hacia una formación más pragmática donde los empleados y desempleados adquieran competencias y habilidades como las destrezas sociales o la capacidad de adaptabilidad que mejoren su empleabilidad".

Añade, además, que las empresas "necesitan profesionales flexibles y con capacidad de evolucionar y adaptarse rápidamente a las nuevas circunstancias. Personas con autonomía, creatividad, confianza en sí mismos, que sepan relacionarse, con capacidad comercial y conocimiento en idiomas, además de saber utilizar las tecnologías emergentes como Internet".