La píldora poscoital se podrá adquirir de forma gratuita en los centros de salud, en las urgencias de los hospitales y en los servicios de orientación familiar. Hasta ahora sólo se podía comprar bajo prescripción médica en las farmacias, lo que dificultaba su obtención durante los fines de semana y los días festivos. Su alto precio, 20 euros, suponía además un obstáculo añadido para el escaso poder adquisitivo de los menores. El fármaco, compuesto por dos pastillas que se deben tomar juntas, se administrará en una bolsa junto a un folleto informativo y un preservativo. Su distribución, que hasta ahora dependía de la disposición del médico, será además regulada por el Salud. De esta forma se evitará que la negativa de un facultativo a administrar el medicamento deje sin la píldora a una usuaria.

 

 

 

El principal objetivo de esta iniciativa es reducir las interrupciones voluntarias del embarazo, sobre todo entre las mujeres menores de 20 años. Cada año se quedan embarazadas en Aragón unas 400 jóvenes de esta edad, lo que representa el 3,2% del total. Sólo el año pasado recurrieron al aborto asistido 266 mujeres de menos de 20 años (el doble de los que hubo en 1991). La campaña busca también impulsar el uso del preservativo como medida preventiva básica, tanto de embarazos no deseados como de enfermedades de transmisión sexual. Según los datos del Instituto Nacional de Estadísticas correspondientes a 2003, sólo el 57% de los aragoneses habían utilizado el preservativo en su primera relación, aunque la gran mayoría (el 90%) consideraban este método anticonceptivo seguro y sencillo de usar.

 

 

 

El departamento del Salud elaborará un registro con las usuarias que soliciten la píldora poscoital. En el momento de la dispensación, el médico rellenará una ficha en la que se reflejarán algunos datos personales de la usuaria (número de tarjeta sanitaria o DNI y fecha de nacimiento) y del centro sanitario (nombre y fecha de administración). El registro servirá para realizar un perfil de las mujeres e identificar los casos en los que el uso de la píldora sea repetitivo. Esta medida pretende evitar, entre otras cosas, que la píldora del día después se utilice como un método anticonceptivo habitual.

 

 

 

El levonorgestrel (nombre técnico de la píldora poscoital) se comercializa en España desde marzo de 2001. Aquel año se vendieron en Aragón 3.594 envases del fármaco. Su consumo se ha ido incrementando hasta alcanzar una venta de 8.620 unidades en 2004. Entre enero y junio de 2005 ya se han vendido 4.490 píldoras poscoitales, cifra similar a la del mismo período del año pasado.

 

 

 

La píldora del día después se dispensa de forma gratuita ya en comunidades como Andalucía, Extremadura, Asturias, Navarra, Baleares o Cataluña. En la actualidad está disponible en más de 100 países, como Francia, Holanda, Alemania, Italia, Brasil, Perú, Venezuela y Estados unidos. En España se venden anualmente unos 500.000 envases.

 

 

 

La poscoital está formada por levonorgestrel, una hormona usada en la anticoncepción de emergencia. Actúa evitando o demorando la ovulación, dificultando la fertilización e impidiendo la implantación del óvulo fecundado. El fármaco, que no es abortivo, puede prevenir el 85% de los embarazos. Sin embargo, su eficacia disminuye con el tiempo. En las primeras 24 horas evita el 95% de los embarazos, porcentaje que se reduce al 58% entre las 48 y las 72 horas. En ciertos casos produce náuses y vómitos, que remiten a los pocos días. El levonorgestrel no es adecuado como método anticonceptivo habitual.