No son melenudos ni hippies, pero no hallan otra salida. Una decena de vecinos de Valle de Abdalajís han iniciado una huelga de hambre y medio centenar protagoniza un encierro en el Ayuntamiento para reivindicar un suministro normalizado de agua potable en sus casas.

Desde el 1 de septiembre, medio centenar de vecinos de las urbanizaciones Cortijo Alto, La Horca y Buenavista ocupan varias dependencias del Consistorio, aunque no todos siguen la huelga de hambre por problemas de salud o para no faltar al trabajo.

El alcalde, Alfonso García (PSOE), manifestó ayer que el Consistorio está «entregado» para resolver el abastecimiento de agua (ahora con cubas pagadas por los vecinos). Las viviendas se construyeron con licencia de obras (2003), tienen permiso de habitabilidad y pagan sus impuestos, pero no tienen agua ni accesos en buenas condiciones.

García indicó que la Junta se ha comprometido a que, una vez que la Diputación elabore el proyecto para llevar el agua a la zona, el Gobierno andaluz financiará la obra.