El pasado 9 de septiembre la deseada doctora  '13' de la serie House,  Olivia Wilde, visitaba España y dejaba caer en una entrevista, como quien no quiere la cosa,  que llevaba casada más de seis años y que su marido, Tau Ruspoli, es un príncipe de una pequeña región italiana que se dedica a la música. Por lo tanto Wilde, además de una de las intérpretes consideradas más atractivas de la pequeña pantalla, era princesa consorte.

El que hasta hace poco apenas se conocieran detalles sobre su vida personal podría no ser una casualidad: según ha confesado la actriz de House a la revista GQ, que le dedica un extenso monográfico ilustrado con algunas de sus fotografías más sexys en su número de octubre, sus jefes televisivos siempre le recomendaron que no desvelara su estado civil para que los espectadores masculinos pensaran que era "alcanzable".

Wilde se casó muy joven, a los 19 años, y antes de que su participación en las series The O.C y después House le brindaran la popularidad.

"Hubo momentos en los que la gente que me rodeaba pensó que mi matrimonio me perjudicaría. Me decían que no debería estar casada o que debía mentir sobre ello", relata la joven.

Sin embargo, Wilde no se prestó al juego y, en contra de lo que vaticinaban sus antiguos responsables, su carrera sigue viento en popa pese a que ha decidido hacer público el amor que profesa a su marido.