Nueve meses han sido suficientes para que el Anatómico Forense, una joya arquitectónica surgida de la mente de Ricardo Magdalena, haya cambiado sus mesas de disección por salas de recreo y habitaciones de juegos. En estos momentos es difícil imaginar a los médicos analizando un cuerpo inerte en lo que es ahora una sala para niños que incluye hasta una pequeña cocina.

En el depósito de cadáveres están ahora los aseos, totalmente adaptados, para que todos los niños del distrito Centro puedan disfrutar del equipamiento.

Cambios radicales

Sólo la vieja capilla, que será otra sala de juegos, recuerda su cometido original. Aun así, el mobiliario infantil de colores chillones que van a instalar hará que los niños no se den ni cuenta.

«Transformar un Anatómico Forense en ludoteca es complicado». Así lo reconocen el edil de Equipamientos, Agustín Martín, y miembros de Construcciones Rubio Morte, que acometen las obras. «Los techos son muy altos y el uso es radicalmente distinto. Además, hay que rehabilitar el edificio respetando sus rasgos arquitectónicos», indican.

La ludoteca tendrá capacidad para unos 40 niños, de tres a seis años. Los pequeños accederán a su interior por la calle Doctor Cerrada, una vez esté limpia y arreglada la verja. Hay dos entradas laterales y dos zonas de juegos, una cerca de la Universidad y otra en la parte trasera.

Una reforma de 600.000 euros

La nueva ludoteca tendrá un total de 280 metros cuadrados, con dos salas de juegos de 60 metros cuadrados cada una que harán el deleite de los más pequeños. Las obras de reforma comenzaron en enero y cuentan con un presupuesto de 600.000 euros. En los nueve primeros meses del año, los encargados de la obra han conseguido que el Anatómico Forense deje de parecer un espacio lúgubre y oscuro. Tres meses más y las risas de los niños harán que empiece a brillar.