Las chicas pagaban 45.000 euros por el viaje desde Nigeria y una vez aquí se veían abocadas a prostituirse para devolver el dinero.
Además, el matrimonio nigeriano que las explotaba las sometían a ritos tribales de vudú para intentar alterar la voluntad de las muchachas con el fin de asegurar los pagos y evitar eventuales denuncias ante la Policía.
El matrimonio nigeriano estaba afincado en un piso de Durango y ha sido detenido. En el registro de la vivienda la Policía se incautó de un ordenador, tres pasaportes de sus víctimas, diez libretas de ahorro y agendas con nombres de víctimas.
Las chicas han sido rescatadas en Bilbao y también en Valladolid y Huelva. La Policía cree que la explotación se ha llevado a cabo durante varios años.
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