El Papa Benedicto XVI ha llegado a Praga este sábado, así inicia una visita pastoral de tres días a la República Checa. Praga es sólo la primera etapa, el Papa también visitará las ciudades de Brno, en el corazón de Moravia, y Stará Boleslav.

La Iglesia católica checa espera que aumente su popularidad con la visita del Pontífice, pues el país centroeuropeo es uno de los más secularizados, donde el 60% de la población declara no profesar ninguna religión.

Recepción con honores y discurso en checo

El avión del Pontífice, un Airbus 320 de la compañía italiana Alitalia, aterrizó a las 11.25 hora local (09.25 GMT) en el aeropuerto internacional de Praga-Ruzyne, tras partir del aeropuerto romano de Ciampino a las 09.50 (07.50 GMT).

El Papa fue recibido al pie del avión por su anfitrión y presidente del país, Vaclav Klaus, quien agradeció "muchísimo su visita" y le deseó "una agradable y fructífera estancia". Y añadió, además, que su visita tenía "un significado simbólico", como lo tuvieron las estancias de su predecesor Juan Pablo II.

También recibieron al Papa, la primera dama, Livia Klausova, el arzobispo de Praga, Cardenal Miloslav Vlk, y Jan Graubner, presidente de la Conferencia Episcopal checa y arzobispo de Olomouc.

Benedicto XVI comenzó su breve alocución inicial en checo, lo que desencadenó los aplausos del público asistente a la ceremonia de bienvenida en el aeropuerto, en la que el Papa fue recibido con honores militares y entre himnos nacionales.

"Estoy muy alegre por estar hoy en la República Checa, y os estoy muy agradecido por vuestra cariñosa bienvenida", dijo en la lengua local.

El Pontífice viaja acompañado del secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone; del sustituto ('número tres' del Vaticano) de la Secretaría de Estado, Fernando Filoni, y de miembros de la Secretaría de Estado para Centro Europa, entre otros.

La Revolución de Terciopelo cumple 20 años

El Papa quiso recordar también, la persecución que sufrió la Iglesia católica durante el comunismo y destacó el vigésimo aniversario de la Revolución de Terciopelo.

"En este año celebramos el veinte aniversario de la Revolución de Terciopelo, que finalizó una dura etapa de este país, cuando la vida religiosa fue duramente controlada. Les felicito por este aniversario", resaltó Benedicto XVI.

"Pero el efecto de la opresión no puede minusvalorarse. Fue un intento de acallar a la iglesia", añadió.

Las autoridades checas han desplegado grandes medidas de seguridad, que superan incluso a las que acompañaron la visita al país del presidente estadounidense, Barack Obama, el pasado abril.