Acaba de debutar en Londres con elogios de medios como The Herald Tribune gracias a ‘Natural Identity’, una vuelta a los materiales orgánicos. Ramón Gurillo ha renunciado este año a estar en la Semana de la Moda de Valencia por presentar su colección de primavera/verano 2010 en Barcelona, París, Londres e India.

¿Cómo fue su debut?

Es la 25ª edición y hubo mucha prensa internacional. Lo he afrontado como una gran oportunidad e ilusión, preparado para un gran reto.

¿Qué ofreció?

Una colección moderna, versátil, urbana y con referencias muy mediterráneas.

¿Qué diferencia existe entre las pasarelas nacionales e internacionales?

Fuera de España hay más repercusión y cultura de moda, aunque te lo tienes que financiar todo tú mismo.

¿Qué opina sobre la evolución de la Semana de la Moda de Valencia?

Valencia suena bien por el mundo, tenemos la oportunidad de atraer a la prensa y compradores internacionales, pero tenemos que ofrecer un producto serio y profesional, exigirnos y mejorar. No podemos conformarnos. Es una semana muy joven.

¿Y la marcha de nombres como Hannibal Laguna?

Se deberían escuchar todas las opiniones hasta conseguir un consenso por el interés de todos, aunque prefiero  mantenerme al margen.

Se decanta por los colores neutros, una característica que ha predominado también en la Semana de la Moda de Valencia e incluso en Nueva York, con diseñadores como David Delfín. ¿Los diseñadores españoles marcan cada vez más tendencias a nivel internacional?

En España, y en concreto en la moda, existe mucho talento. Lo veo cuando viajo por el mundo. Es un país muy rico culturalmente, con muchas influencias y mucha diversidad, que nos hace muy atractivos a nivel internacional. Deberíamos explotar todo este bagaje y saber vendernos mucho mejor. Crear una seña de identidad, que sea sinónimo de buen hacer, creatividad y negocio.

¿Y con respecto a los valencianos? ¿Es cierto que un diseñador mediterráneo se presiente a distancia?

Se presiente sobre todo en nuestra personalidad extrovertida, efervescente y muy cálida. Eso se transmite en nuestros diseños.

Usted que lleva afincado en Londres hace ya 11 años, ¿Se marchó porque es mucho más complicado consolidarse y triunfar desde España?

Era muy joven, con mucha energía y con ganas de conocer el mundo y de estar en el meollo de este negocio a nivel internacional. Ha sido, y está siendo, muy enriquecedor  a nivel personal y profesional.

¿Cómo se combate la crisis?

Tenemos que ofrecer creatividad y diseño para poder vender esas prendas. Una firma debe especializarse y encontrar su sitio.

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