Un hombre de 70 años, J.A.S.C., para el que el fiscal reclama 14 años y tres meses de prisión por un delito continuado de agresión sexual contra su nieta, reconoció hoy en el juicio, a preguntas de la acusación particular, que abusó de la menor de 13 años durante un periodo de seis meses "una vez al día o cuando venía bien". La joven, que declaró por videoconferencia, señaló por su parte que siempre ha dicho la verdad en relación a los hechos denunciados.

El procesado confesó haber cometido los hechos de los que se le acusa en su propio domicilio de Castellón, aprovechando que estaba a solas con la menor y para satisfacer su deseo sexual. Así mismo, reconoció que abusaba de la niña tras engañarla y posteriormente le decía que no contase nada.

La hija del acusado y madre de la víctima aseguró que fue "atando cabos" después de que la niña le contase las agresiones sexuales sufridas, "puesto que anteriormente no quería ir a comer a casa de los abuelos los domingos y me llegó a decir que se quería morir". La mujer explicó que, en la actualidad, la menor se encuentras a veces "muy rebotada" y que no le va bien el colegio.

Otra hija de J.A.S.C. declaró que, tras contarle su hermana los hechos y ser interrogado el acusado, primero negó los hechos "pero luego dijo que solamente la había tocado".

Por su parte, una psicóloga que declaró en el juicio en calidad de perito señaló que las manifestaciones de la menor "son totalmente creíbles, ya que son coherentes, con muchos detalles e, incluso, reproducción de conversaciones". En su opinión, las consecuencias de estos hechos son a largo plazo, aunque no se puede calcular hasta cuando durarán las secuelas que actualmente padece la menor, que "sentía vergüenza, ansiedad y culpabilidad por la desestructuración total de su familia".

Secuelas duraderas

Otros peritos indicaron que el acusado está en plenas facultades, "puesto que todo lo describe con plena lucidez", mientras que la niña "presentaba estado de tristeza, falta de concentración, alteración del estado de ánimo y estrés que le llevó a perder un curso escolar". Según manifestó una perito, "la menor no olvidará nunca los hechos pues, además de la agresión del abuelo, ha estado sometida a una situación de estrés con el proceso judicial, aunque anímicamente mejorará con el tiempo".

Así mismo, otro perito que entrevistó al procesado afirmó que éste no tenía remordimientos y que le indicó que había notado un aumento del impulso sexual en los últimos cuatros años. Al preguntarle éste por las razones por las que cometió los hechos, señaló que respondían a un impulso y que "le dio por ahí", apuntó el perito.

El fiscal rebajó la petición de pena de 15 a 14 años y 3 meses de prisión por la confesión del acusado, mientras que elevó la demanda de indemnización de 30.000 a 60.000 euros por daños morales y secuelas. Por su parte, la acusación y la defensa -que inicialmente pidió la libre absolución- se adhirieron a las conclusiones definitivas del ministerio público. El juicio quedó visto para sentencia.