La capital balear, Palma de Mallorca, se dispone a cerrar en las próximas semanas una temporada turística caracterizada por reservas muy tardías, con sólo una semana de antelación al viaje, y un descenso en la ocupación de entre el 10 y el 15%, que se ha traducido en otro aún mayor de la facturación, de entre el 20 y el 25 respecto a los resultados de 2008.

Este es el primer balance que realiza la Asociación Hotelera de Playa de Palma, principal núcleo turístico de la ciudad, cuyo presidente, Francisco Marín, expuso a que "ha sido un verano muy complicado", que ha mantenido constantemente en jaque a los empresarios del sector, al verse obligados, desde "antes de comenzar julio", ha realizar importantes descuentos.

Aunque sólo han cerrado tres establecimientos en lo que llevamos de septiembre, de los 130 existentes en la zona, Marín señaló que en octubre "sí se producirán cierres adelantados", a causa de la mala ocupación que se registra ahora, que se sitúa en el 75%, cuando lo normal venía siendo el 85%. Por lo que aseguró que "las cifras de ahora no han llegado, ni de lejos", a las de 2008.

Mercado turístico

Ese descenso afectó principalmente a los mercados británico y español, pero, el alemán, que es el principal en Playa de Palma, con un 75% del total de turistas atendidos, también "se ha comportado mal", experimentando un acusado descenso respecto a la temporada anterior, a causa de la crisis económica, de la Gripe A y de los atentados terroristas, que "desde luego, no han ayudado", lamentó.

Los hoteleros no son los únicos que lo han pasado mal. Desde el sector de la restauración también lamentan una escasa afluencia de público a sus establecimientos a lo largo de toda la temporada, y, por lo que respecta a los que se encuentran en Playa de Palma, se vieron obligados a ofertar, por primera vez, menús nocturnos por entre 10 y 15 euros, 18 euros como máximo.