Había ganas de los presentes y medidas extra de seguridad: nada más entrar en la sala, abarrotada, Quentin Tarantino y Brad Pitt provocan un orgasmo de curiosidad. Muchos de los asistentes se arrojan a fotografiarles. El ambiente festivo, como de quien visita por primera vez el zoo, dura la media hora sucesiva. Preguntas tópicas, simpática complicidad de las estrellas, un expediente que todos debían cumplir. Ellos los primeros: Pitt está tan guapo como cabía de esperar. Tarantino es puro nervio.

La vida privada de Brad Pitt

"Al principio era mas complicado comprender este circo mediático", dice el barbudo Pitt en uno de los pocos momentos donde la conversación se pone algo seria. "Después entendí que hay de todo, gente que te llega con malas intenciones pero también gente con buenas. Es, simplemente, una cuestión tuya, de actuar con normalidad. Y después, saber alejarse de todo. Y estar un fin de semana pescando con mis hijos en Kenia sin que nadie sepa donde andas". "Trato de disfrutar de mi vida. De la privada, y de ésta".

Tarantino no habla tanto de sí  mismo, sino de la película. "Me gusta ver la reacción de la gente, en cada país, al ver Malditos bastardos", afirma. "En cada sitio les gusta más una escena que otra. Y, lo que a algunos les parece un momento dramático, a otros les hace partirse de risa. Me da una idea bastante generalista y medida de lo que es mi película".

El buen rollo entre ambos ocupa gran parte de la rueda de prensa. Hacen bromas privadas, se palman el hombro y comparten la cara de felicidad. Pitt agradece a Quentin "que no sea nada pesado con los actores. Te da el papel y se olvida de ti. En ese sentido es bastante vago, y yo se lo agradecí".

Tarantino, más que de los actores, disfruta hablando de sus personajes. "Me gustan los personajes fuertes. Hombres y mujeres.  Me pasa siempre. No me surgen tantas cosss hablando de personalidades débiles".

El director, puro nervio, y el actor, bronceado y seductor, estuvieron en sus personajes. Pitt habla de dos proyectos de su productora, y de cómo alguno de sus hijos intentaba imitar sus acentos en la película. Tarantino forcejea, verbal y cómicamente, con alguno de los periodistas. La película, Malditos bastardos, sobre judíos justicieros y nazis durante la II Guerra Mundial, se estrena este viernes en los cines de toda España y en el Festival de San Sebastián.