El arte puede ayudar a los enfermos de alzhéimer a mejorar su memoria. Al menos ésa ha sido la experiencia de un centro de día en Madrid, que ha desarrollado durante el verano actividades con sus pacientes en el Museo del Prado y el Museo Sorolla para que evocaran recuerdos y reconocieran obras de la pintura.

"Estos museos son lugares muy característicos, por eso evocan reminiscencias del pasado, recuerdos, estímulos visuales", explica en un comunicado Laura de la Higuera García, terapeuta ocupacional del hospital Centro de Cuidados Laguna, localizado en el distrito de La Latina. "El trabajo que se ha realizado sirve para ayudarles a mejorar las funciones cognitivas superiores, como la atención, el razonamiento y la percepción".

La visita a los museos fue previamente preparada con actividades como armar puzzles, buscar elementos pictóricos o proyecciones de los cuadros con ligeras diferencias, para que se familiarizaron con las obras.

"Podían recordar los cuadros"

"Tras participar en esta actividad, hemos notado una mejoría en la capacidad de memoria de los mayores", asegura De la Higuera. "En el caso del alzhéimer, lo que más se resiente es la memoria a corto plazo, hacerles recordar cosas del pasado es más fácil".

"En muchos casos, lo realmente difícil es conseguir que se acuerden de lo que han hecho el día anterior. A través del sistema de estímulos que trabajamos en el taller, comprobamos que al día siguiente, los participantes conseguían recordar la visita, e incluso el nombre de algunos cuadros".

Con actividades como las desarrolladas en los museos, los pacientes de alzhéimer logran ralentizar la pérdida de memoria y orientación, y que se manejen mejor en su entorno, según la terapeuta del centro.