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Margarita Robles, la ministra valorada más allá del PSOE que revalida en Defensa ante las guerras de Ucrania e Israel

La ministra de Defensa, Margarita Robles.
La ministra de Defensa, Margarita Robles.
Carlos Gámez
La ministra de Defensa, Margarita Robles.

La magistrada Margarita Robles regresó a la política después de 20 años como número dos de las listas que encabezaba Pedro Sánchez. Era 2016 y quedaban aún dos años para que el socialista le nombrase ministra de Defensa, tal y como ha vuelto a hacer este lunes. Desde entonces, Robles ha sido una de las mujeres de confianza del presidente, una pieza clave en la confrontación de la pandemia, primero, y de la guerra de Ucrania después. 

Estando en el cargo ha cosechado una gran popularidad entre el electorado socialista, pero también a la derecha de este, a la par que se ha ganado enemigos entre los socios a la izquierda del PSOE. Con todo, Sánchez ha revalidado su confianza en Robles en un momento decisivo, mientras continúa la guerra en Europa y tras la brutal escalada del conflicto entre Hamás e Israel.

En 1981, mientras Sánchez aún estudiaba en la escuela primaria, Margarita Robles se convirtió, para alegría de su padre abogado, en la cuarta jueza de la historia de España y número uno de su promoción. Más adelante se convertiría en la primera mujer en presidir una Sala de lo Contencioso-Administrativo y una Audiencia Provincial, la de Barcelona. 

Robles se afilió en Jueces para la Democracia, la asociación progresista, y comenzó a acercarse al socialismo -aunque no cuenta con carnet del PSOE- hasta que en 1993 fue nombrada subsecretaria del Ministerio de Justicia. Un año después asumió la Secretaría de Estado de Interior, a propuesta también de Juan Alberto Benlloch. En este último cargo Robles asumió un papel complicado, se enfrentó al terrorismo de ETA mientras el juez Baltasar Garzón investigaba al propio ministerio del Interior de Felipe González por la guerra sucia de los GAL. 

Según José María Aznar llegó a La Moncloa, Robles cambió el traje de política por su antigua toga. Pasó por la Audiencia Nacional y fue nombrada magistrada del Tribunal Supremo. En 2008, tras la reedición del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, Robles fue aupada al Consejo General del Poder Judicial, del que fue vocal durante cinco años. Durante estos años siguientes ahondó su enemistad con Baltasar Garzón y sus discrepancias con Carlos Lesmes, quien se convertiría en presidente del CGPJ y el Tribunal Supremo. 

El propio Lesmes le negó en 2016 -junto a otros tres vocales de la Comisión Permanente del Consejo- la concesión de una excedencia como magistrada de cara a su regreso a la política. Un movimiento que Robles entendió como una "revancha personal clarísima", según declaró entonces a El País. Así pues, Robles renunció a la magistratura y se lanzó a una vida política que durante los últimos años ha sido realmente frenética. 

Más aún desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania, un reto inesperado para la ministra, que ha coordinado el envío de ayuda militar al Gobierno de Volodimir Zelenski junto a los aliados de la OTAN. Precisamente la actuación frente a la guerra de Ucrania es uno de los motivos que más discrepancias han causado entre Robles y los socios de Gobierno del Partido Socialista. Especialmente con Ione Belarra, hasta ahora ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030. 

Uno de los mayores encontronazos entre las dos ministras tuvo lugar a raíz de los efectos de la ley del 'solo sí es sí'. Ante las declaraciones de Belarra, Robles le pidió a la ministra que fuese "humilde" y reconociera los méritos del PSOE en la lucha por la igualdad de las mujeres. 

"Ahora va a parecer que hasta que no han llegado algunas personas el feminismo no ha existido", espetó la titular de Defensa, "hay muchas mujeres comprometidas en España desde hace muchísimos años. Mi caso, por ejemplo, que a lo mejor ni la señora Belarra ni algunas otras habían nacido". 

Más allá de su elevado ritmo de trabajo, su gran popularidad (el CIS la situó en octubre como la ministra mejor valorada, la única por encima del cinco junto a Nadia Calviño) y sus enemistades con Unidas Podemos, la carrera política de Robles se ha caracterizado siempre por la fidelidad a Pedro Sánchez, premiada este lunes por el presidente electo. 

Quizás la prueba más evidente se halle en el año 2016, cuando Robles votó junto a otros 15 diputados socialistas contra la investidura de Mariano Rajoy, siguiendo a Pedro Sánchez justo antes de su dimisión -forzada- como secretario general del PSOE. Luego vendría la historia del Peugot 407, la victoria de en las primarias del PSOE, la moción de censura a Rajoy y la llegada de Sánchez y Robles a La Moncloa, donde permanecerán durante otra legislatura más. 

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