'Lebanon' se lleva un merecido león de oro en la 66ª Mostra de Venecia

  • La cinta israelí ha convencido al jurado presidido por Ang Lee
  • 'Soul kitchen', de Fatih Akin, gran premio del jurado
  • La iraní Shirin Neshat, mejor directora por 'Women without men'
Samuel Maoz posa con el León de Oro.
Samuel Maoz posa con el León de Oro.
AGENCIAS
Samuel Maoz posa con el León de Oro.

Estaba cantado. O casi. Lebanon, la maravillosa historia del israelí Samuel Maoz, que narra la historia de los tripulantes de un carro de combate hebréo en las primeras horas de la guerra de Líbano del 82, se ha alzado con el león de oro a la mejor película de la 66ª Mostra de Venecia.

Había mucha unanimidad entre la prensa desplazada al evento sobre las grandes favoritas en la entrega de premios de esta noche en el Palazzo del Cinema y los pronósticos se han cumplido. La cinta israelí, un viaje bélico y por momentos terrorífico, se ha ganado el favor del jurado presidido por Ang Lee.

Si la cinta de Maoz transcurre en mitad de la guerra, la de la iraní Shirin Neshat, Women without men, viaja a los tiempos del Sha para narrar la historia de tres mujeres que luchan por salir adelante en un clima opresor donde sus libertades están en entredicho. Vamos, no era una época muy distinta a la actual. Un premio sorprendente, ya que Neshat, que vive en Nueva York, no entraba en las quinielas.

Más polémica han causado otras decisiones de los responsables de la entrega de premios, en concreto dos. Colin Firth se ha llevado la prestigiosa Coppa Volpi (ésa que ganó en su día Javier Bardem por Mar adentro) al mejor actor por su trabajo en A single man, una cinta prescindible en la que, es cierto, que el intérprete cargaba con todo el peso del metraje. Firth se ha hecho con el galardón a costa de Viggo Mortensen, colosal en The road, y gran favorito en las quinielas. En categoría femenina, Ksenia Rapopport, se ha hecho merecedora de la copa por su trabajo en la italiana La doppia ora.

También se ha antojado excesivo el reconocimiento a Soul kitchen, de Fatih Akin. La comedia de enredo de Akin, un asiduo del drama, gustó, y mucho, entre los asistentes, pero a la salida de la proyección la sensación generalizada era de una cinta simpática, fresca, pero que no iba a descubrir la sopa de ajo. Parece que Akin se la ha descubierto a los responsables del jurado.

Ha sido una gran noche de Todd Solondz, que ha conseguido el premio al mejor guión. Solondz volvía después de un parón de un lustro a Venecia con Life during wartime, una especie de remake de Happiness, volviendo a algunos de los mismos personajes aunque con un enfoque distinto al de la cinta que le lanzó al reconocimiento cinéfilo, y que devolvió las buenas sensaciones que Solondz había transmitido en sus primeros trabajos, la mencionada Happiness y Bienvenidos a la casa de muñecas.

Con el león de oro a Lebanon, la Mostra echa el telón hasta el año que viene, y lo hace con una excesiva selección oficial pero que ha dejado mejor sabor de boca que las presenciadas en Berlín o Cannes en este 2009. Solo queda rezar para que mantengan el nivel el año que viene y reduzcan las cintas a concurso.

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