El fuerte dispositivo policial en la noche del pasado viernes para disuadir a los jóvenes de hacer 'botellón' en Pozuelo ha evitado que se reprodujeran los disturbios que la semana pasada concluyeron en una batalla campal con heridos y detenidos. El precio por la tranquilidad, en opinión de los jóvenes, ha sido el terminar con las fiestas de la localidad madrileña. "Lo que no puede ser es que nos echen de nuestras fiestas", ha dicho una adolescente en declaraciones a RNE.

Ya lo avisaron. La delegada del Gobierno en Madrid, Amparo Valcarcel, y el alcalde del municipio, Gonzalo Aguado, se comprometieron públicamente a incrementar la seguridad en los festejos patronales con medidas especialmente destinadas para evitar que la prohibición del 'botellón' provoque algaradas entre los más jóvenes.

Así, según indicaron fuentes de sindicatos policiales, un grupo de la Unidad de Intervención Policial (UIP), conocidos como 'antidisturbios', compuesto por 45 agentes  y un coche policial con cinco efectivos, ha velado por la seguridad del municipio la noche del viernes, y hará lo mismo la noche de este sábado. A ellos se sumarán gran parte de los agentes municipales de Pozuelo.

Blindaje todo el fin de semana

"Esto es una vergüenza", han protestado algunos que se han quedado sin bebida, como publica este sábado el diario El País. "¿Y qué quieren, que nos paguemos las copas en un bar?"

A las medidas antibotellón de la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento de la localidad ha reforzado la medida con dos ordenanzas municipales, una redactada antes de las fiestas y otra tras los sucesos del pasado sábado. Las medidas policiales no cesarán durante todo el fin de semana.