Obama defiende ante el Congreso de EE UU su reforma del sistema sanitario

  • 47 millones de estadounidenses carecen de cobertura médica.
  • La reforma sanitaria es una de las grandes promesas de Obama.
  • Pretende garantizar la cobertura sanitaria a los estadounidenses.
  • Su punto más conflictivo es la introducción de la "opción pública", un seguro sanitario del Estado que competiría con los privados.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
Jim Young / REUTERS
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se enfrenta al reto de desatascar una de sus grandes promesas electorales: la reforma sanitaria. Y es que el mandatario se dirigirá en las próximas horas -a las 02.00 h peninsular española- a las dos cámaras del Congreso, en sesión conjunta, con el objetivo de presentar su nueva propuesta y explicarla a la ciudadanía.

Obama cree que "ha llegado el momento de tomar medidas" en la reforma y asegura que si no se hace nada el déficit estadounidense crecerá y "más gente morirá", según los extractos que se han conocido del discurso que pronunciará el presidente. Asimismo, el presidente considera que la reforma proporcionará "más seguridad y estabilidad para quienes cuentan con seguro médico" y disminuirá los costes de las prestaciones. "No soy el primer presidente en adoptar esta causa, pero estoy decidido a ser el último", asegura.

La reforma de la sanidad estadounidense es, junto a la lucha contra la crisis económica, una de las tareas más difíciles a las que se enfrenta Obama y la que más amenaza con arrastrar su popularidad.  Republicanos, empresas aseguradoras y farmacéuticas se han encargado de fomentar un clima contrario a la reforma.

Este martes el presidente del Comité de Finanzas del Senado, Max Baucus, presentó una nueva propuesta, la quinta ya que maneja el Congreso, que garantizaría la cobertura sanitaria a la gran mayoría de los estadounidenses, a un coste de 900.000 millones de dólares en diez años.

En estos momentos, la gran parte de los estadounidenses posee seguros de sanidad privados financiados por las empresas en las que trabajan. Los autónomos y desempleados deben contratar una póliza individual para disponer de cobertura sanitaria, ya que el Estado sólo se responsabiliza de la salud de jubilados y pobres, a través de los programas Medicare y Medicaid.

Con el actual sistema, se calcula que cerca de 47 millones de ciudadanos -entre ellos, casi 15 millones de latinos- carecen de seguro médico en EE UU. Obama, al igual que sus antecesores en sucesivos intentos fallidos, pretende extender la cobertura a este sector.

Uno de los puntos más conflictivos de su propuesta es la introducción de la "opción pública", es decir, que el Estado ofrezca un seguro sanitario que compita con los privados. Los progresistas ven como una obligación moral la cobertura médica para todo estadounidense mientras los conservadores advierten del abultado déficit y de la llegada del "socialismo" a Estados Unidos. No obstante, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid, han afirmado, tras reunirse con Obama, que continuarán impulsando esta opción.

Una comparecencia decisiva

El plan de Obama pretende que ninguna aseguradora pueda negar cobertura médica o incrementar sus cuotas si un paciente tiene "condiciones preexistentes" que lo pongan en mayor riesgo de ciertas enfermedades, como ocurre en estos momentos. El presidente pretende asimismo que las familias que requieran ayuda económica puedan acceder a un subsidio del Estado en relación con su renta para poder inscribirse en el nuevo plan público o, si así lo desean, contratar un seguro privado.

La comparecencia de Obama ante las dos Cámaras evoca la de Bill Clinton en 1993, cuando su predecesor demócrata trató también de reformar el sistema sanitario y compareció ante el Congreso para presionar a los legisladores, intento que acabó con un estrepitoso fracaso.

Si Obama tropieza en la misma piedra que su antecesor y no consigue sacar adelante la reforma, habrá quedado muy debilitado políticamente y el resto de sus prioridades legislativas, que incluyen la reforma migratoria, tendrán muy difícil salir adelante.

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