La presa de Kajovka, un enclave estratégico para Ucrania y Rusia en plena línea de frente: ¿a quién beneficia su destrucción?

El ataque contra la presa de Kajovka.
El ataque contra la presa de Kajovka.
HENAR DE PEDRO
El ataque contra la presa de Kajovka.

La voladura de la presa de Kajovka en la madrugada de este martes ha puesto en alerta máxima a todo el sur de la región de Jersón ante el riesgo de inundación de numerosas localidades situadas en la cuenca baja del Dniéper, el principal río de Ucrania.

Las autoridades ucranianas y rusas se responsabilizan mutuamente del ataque contra esa infraestructura y han comenzado a primera hora de la mañana a evacuar enclaves ubicados en zonas inundables para trasladar a la población civil hasta zonas seguras.

Se calcula que unas 16.000 personas residen en áreas consideradas críticas de la orilla occidental del Dniéper, controlada por Ucrania, y más de 20.000 viven en zonas de riesgo en la orilla oriental, bajo control del ejército ruso. El río es desde hace meses la frontera natural que separa a ambos ejércitos y se ha convertido en una caliente línea de frente en la que se producen constantes ataques y escaramuzas.

Así fluye sin control el agua tras la voladura de la presa del río Dniéper en Ucrania. (ATLAS)

La de Kajovka es la última de las seis presas que regulan las aguas del Dniéper y la más cercana a su desembocadura porque se encuentra a solo 80 kilómetros del mar Negro. Embalsa una superficie de agua del tamaño de la provincia de Vizcaya (2.155 km²) y almacena más de 18.000 hectómetros cúbicos, que este martes han comenzado a fluir sin control río abajo.

Kiev y Moscú se han desmarcado del ataque contra la presa y se acusan mutuamente de estar detrás de la voladura, cuya autoría se desconoce y es difícil de certificar en un escenario bélico en el que la desinformación se ha convertido en arma de guerra. Lo único cierto es que la presa de Kajovka es una infraestructura de gran valor estratégico tanto para Ucrania como para Rusia y que ambos ejércitos podrían obtener rédito de su destrucción.

Un freno a la ofensiva ucraniana en el sur

Para Rusia supone frenar la contraofensiva de Ucrania, que este lunes lanzó ataques a gran escala en el Donbás, logrando importantes avances en la región de Donetsk, y amenazaba con atravesar la línea del Dniéper para extender su contraofensiva a la región de Jersón. 

La voladura de la presa obliga a las autoridades ucranianas a detener esos planes y a centrarse a corto plazo en minimizar los daños causados por la inundación. Asimismo, destruye uno de los dos únicos puntos por el que las tropas ucranianas pueden cruzar el Dniéper en la región de Jersón sin necesidad de recurrir a embarcaciones o unidades aerotransportadas. El otro punto de cruce, el puente Antonovski de la ciudad de Jersón, también fue destruido cuando las tropas rusas abandonaron esa ciudad y está siendo reconstruido por las autoridades ucranianas.

Destruir la presa también encaja en la estrategia de tierra quemada tradicionalmente utilizada por el ejército ruso ante una eventual retirada. Es decir, el Kremlin podría estar contemplando un repliegue de tropas hacia Crimea y, antes de entregar a Ucrania parte de sus territorios ocupados en Jersón, habría optado por inutilizar infraestructuras críticas que pasarían a manos de Kiev, como la presa de Kajovka y la central hidroeléctrica que alimenta.

Según Kiev, la destrucción de Kajovka se habría producido por una explosión registrada en el interior de la presa, una hipótesis que el gobierno ucraniano ya denunció el pasado octubre, cuando alertó de que las tropas rusas habían minado esa infraestructura para poder volarla en caso de necesidad.

Cortado el grifo del agua a Crimea

Situación desastrosa en la que ha quedado la presa tras la voladura. (TELEGRAM)

Pero el Kremlin también responsabiliza a Ucrania del ataque contra la presa, que, según las autoridades rusas, se habría producido con un misil MLRS, armamento que occidente está proporcionando al ejército de Zelenski. Destruir la presa supondría para Ucrania cortar el grifo del agua a Crimea, ya que el embalse de Kajovka suministra el 85% del agua consumida por esa península anexionada por Rusia en 2014. 

De hecho, a raíz de aquella anexión, el agua se convirtió en un bien muy escaso en Crimea porque el gobierno ucraniano bloqueó el canal Crimea del Norte, la infraestructura hídrica que conduce el agua desde el embalse de Kajovka hasta la península. 

Cuando el ejército ruso invadió Ucrania, en febrero de 2022, y ocupó la región de Jersón, rápidamente desbloqueó el canal Crimea del Norte y se reanudó el flujo de agua hacia la península de Crimea. Ahora, sin embargo, ese suministro podría verse de nuevo alterado tras la voladura de la presa, lo que complicaría a las autoridades rusas el abastecimiento de la población crimeana.

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