OPINIÓN

‘In Spain we call it’ campaña sucia

Alberto Núñez Feijóo en 'El Programa de AR' hablando de su inglés
Alberto Núñez Feijóo en 'El Programa de AR' hablando de su inglés
Mediaset
Alberto Núñez Feijóo en 'El Programa de AR' hablando de su inglés

¿El presidente del Gobierno debe saber inglés? Rotundamente sí. El PSOE también lo tiene claro y por eso ha subido a redes un vídeo de Feijóo reconociendo sus problemas con la lengua de Shakespeare. Hay voces críticas que aseguran que subrayar el agujero lingüístico del líder azul trasmite soberbia, clasismo y distancia con el ciudadano común, ese al que se le pide inglés hasta para ser camarero. Lo clasista es que para el presidente sea una asignatura pendiente lo que a todos nos exigen en el currículum. Que sí, que hay traductores, pero tirando de ellos no vas a poder parar al recién electo presidente de Estados Unidos en un pasillo para pedirle un encuentro. Y como Rusia te monte una guerra tú me dirás qué haces… Esto no tiene nada que ver con ser elitista, ni de izquierdas o derechas, sino con comprender que la función del líder de gobierno debe ser internacional.

Además, que lo que en realidad se critica es la estrategia de campaña que ha abrazado el PSOE, con vídeos con mensajes sencillos que señalan directamente. Dicen que yendo en negativo Sánchez solo conseguirá un peor resultado electoral, pero el caso es que esa estrategia al PP en las autonómicas le ha salido redonda. Y es que para campaña agresiva la suya gritando que ETA seguía viva. Todo para que después de ganar hayan apoyado una proposición de ley de Bildu en el País Vasco…

El PP ahora está en silencio porque se ven victoriosos. Bueno, menos los de Nuevas Generaciones de Madrid, que han compartido una foto del presidente de vacaciones diciendo que este año el resto nos quedábamos sin ellas por sus cojones (sus profes de Génova deberían explicarles que el torso de Sánchez desnudo solo puede darle votos). En Ferraz sacan el colmillo porque las encuestas no vienen a favor y tienen experiencia en utilizar revulsivos con los que darles un vuelto. En 1996 González apuntaba a perdedor frente a Aznar por mayoría absoluta, pero un vídeo en tono bélico con un agresivo dóberman de dientes afilados que representaba a la España del PP, le hizo recortar distancia.

Efectiva o no, una campaña sucia en unas elecciones democráticas siempre es una mala noticia porque no habla solo de la batalla entre los políticos, sino de la que hay en la sociedad. Sánchez ha propuesto debates semanales (en principio, en español) con el objetivo de desterrar el insulto y argumentar desde datos y no bulos, pero el PP los ha rechazado porque no estamos para excentricidades. Tienen toda la razón, ya hemos tenido muchas en la anterior campaña. Sería más fácil si todas las partes supieran que en inglés discuss significa debatir y no discutir. Es un false friend, que son esas palabras que, por semejanza con otras de nuestro idioma, dan lugar a equívocos. Y otra lección que se tienen que aprender los líderes de los principales partidos es la de los ‘falsos amigos’, pero esa ya es otra columna.

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