OPINIÓN

Mirar hacia delante

No es lo mismo ser feliz que estar feliz
Una joven, mirándose al espejo.
PEXELS
No es lo mismo ser feliz que estar feliz

El ser humano jamás ha vivido tan bien como lo hace ahora mismo. Por mucho que los más nostálgicos se empeñen en enarbolar tiempos pasados, nunca como sociedad se ha disfrutado de tantas comodidades y libertades. Menciono especialmente esa palabra, libertad, ya que pese a las campañas políticas que hagan ver lo contrario, en España vivimos libremente. Si sacamos de la ecuación a los fanáticos, que se ofenden por cualquier pensamiento que no sea como el suyo, quizá nos demos cuenta de que los españoles somos gente buena, tolerante y con visión de futuro.

Antes, en la Transición, había más libertad, como dicen algunos. Y sí, claro, si miramos con la perspectiva del momento en el que lo vivieron, no cabe duda de que tras 40 años sin poder votar ni decir lo que se quería quizá simplemente abrir la boca era una liberación. Pero es un argumento engañoso porque la conciencia ciudadana no había evolucionado al nivel de hoy en día. Y son muchas las materias en las que se ha avanzado desde entonces, como en la lucha contra la homofobia, el racismo o el acoso escolar, pasando por la sensibilización con los animales o la violencia de género, y acabando entre otras cosas con las enfermedades mentales o el apoyo a los más desfavorecidos.

Nunca se puede mirar el pasado con los ojos del presente, y los recuerdos suelen jugar malas pasadas porque cada cual fabrica el suyo. Quizá aquellos años 70 y 80 fueron buenos solamente para el que alardea de ello porque le fue bien en aquella etapa, pero no como sociedad. La gran frase de la que hay que huir, que solamente comparto para una situación específica, y es a la hora de producir series de televisión familiares, es aquello de que "esto ya no se hace como se hacía antes". Ahí sí que estoy de acuerdo, ya no hay Serranos, Médicos de familia ni Farmacias de guardia que se asemejen.

Con el paso del tiempo la ciencia nos ha ayudado a comprender cómo funcionan las cosas; la religión, para quien la practique, sigue dotando de sentido la existencia; y lo bueno es que en la actualidad ambas conviven, es decir, no se imponen por decreto. Tenemos muchas cuestiones que resolver, de eso trata la vida, de seguir mejorando el clima social. Ahora bien, si queremos mirar hacia atrás que sea en las revistas de historia o en la ambientación de las novelas y películas, pero no debemos hacer caso a los que solamente ven el futuro de forma pesimista. La nostalgia puede ser mala consejera en el momento en el que la ilusión se convierte solamente en un recuerdo.

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