Una empleada de hogar ha hallado en una vivienda de la localidad malagueña de Fuengirola el esqueleto de una persona que podría llevar muerta alrededor de un año y cuya desaparición no había sido denunciada, según han informado este jueves fuentes policiales.

La mujer, que había trabajado en la casa con anterioridad, estaba preocupada por la falta de noticias del propietario, por lo que se desplazó al inmueble el pasado 29 de mayo para interesarse por él. Aprovechando que tenía llaves, entró y encontró los restos humanos. 

Todo apunta a que el esqueleto encontrado corresponde al propietario de la vivienda, un ciudadano de 86 años de origen japonés afincado en la Costa del Sol, cuya familia, un hermano y una sobrina que viven en Japón, no había reparado en su ausencia. Según Diario Sur, el cadáver estaba momificado y se encontraba sobre el suelo, junto a un sillón, en la terraza cubierta de la vivienda.

Los restos óseos han sido trasladados al Instituto de Medicina Legal (IML) de Málaga para que se le realicen las pruebas pertinentes con el objetivo de confirmar la identidad y aclarar las circunstancias del fallecimiento.

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Las primeras pesquisas descartan la intervención de terceras personas en los sucedido y apuntan a que se trataría de una muerte natural, ya que ni los restos ni el interior de la vivienda mostraban signos de violencia, aunque habrá que esperar al informe definitivo del IML.