Llongueras deja en herencia a sus hijos un imperio ecónomico e inmobiliario

Lluís Llongueras, Frédéric Logodin, Marc Aublet, Frank Provost y Jocelyn Llongueras.
Lluís Llongueras y Jocelyn Llongueras, tras la firma de la venta a Frank Provost.
PROVALLIANCE
Lluís Llongueras, Frédéric Logodin, Marc Aublet, Frank Provost y Jocelyn Llongueras.

Cuando en 2010 su hija mayor Esther y su hijo Adam le despidieron por burofax de su propia firma, Lluis Llongueras se llevó un disgusto, pero apuntó algo que los datos económicos han probado ahora, en el momento de su muerte: "Fue una decisión equivocada que tomaron mis hijos, y el tiempo lo ha demostrado. Me sabe mal por ellos, porque si uno no sabe llevar una empresa no debe tomar las riendas. Pero, bueno, yo tenía otras sociedades que han funcionado muy bien y mi vida sigue igual. No hay problema".

Esas sociedades de las que hablaba el peluquero catalán (fallecido el pasado día 29 de un cáncer de garganta), suman varios activos millonarios y están dedicadas especialmente al sector inmobiliarios, según cuenta el portal VanitatisA través de Inmobiliaria Cabale, de la que era administrador único, alquilaba locales. Esta entidad, creada en 1977, facturó en el último año del que hay registro 415.000 euros. Según su balance de cuentas, cuenta con activos que superan los 2.370.000 euros. Desde 2018, eran apoderados de esta empresa su segunda esposa, Jocelyne Novella y el hijo de ambos Adriá. El peluquero era también administrador único de Inmobiliaria Llonlluis, creada en 1998, y que sigue el mismo esquema que la anterior, con Adrià Llongueras y Novella como apoderados. 

Esta inmobiliaria se dedica al alquiler de bienes inmobiliarios por cuenta propia y maneja unos activos que superan los diez millones de euros. En 2021 facturó 350.000 euros, aunque su resultado fue negativo por el aumento de los gastos de explotación.

El hijo de Llongueras, Adriá, a la izquierda en la capilla ardiente de su padre.
El hijo de Llongueras, Adriá, a la izquierda en la capilla ardiente de su padre.
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Llujo & Llono es otra de las sociedades que administraba Lluís Llongueras en el momento de su muerte. Se dedica al alquiler de maquinaria y otros bienes no inmobiliarios y tiene como apoderada a Jocelyn Novella. Sus números son buenos: en 2021 consiguió unos beneficios limpios de 190.000 euros y cuenta con unos activos de más de dos millones de euros. Llongueras era también apoderado de otra sociedad dedicada al alquiler de locales, Inmobiliaria Lluria, administrada desde febrero de 2023 por su primera mujer, Dolores Poveda. También aparece como apoderado uno de sus hijos mayores, Adam Llongueras Poveda. Esta entidad declaró en 2021 unos activos por valor de 1.600.000 euros, aunque en los últimos ejercicios ha cerrado en negativo. El conocido peluquero era también el accionista principal de Ediciones Prensa y Vídeo.

A este imperio inmobiliario, hay que añadir que Llongueras, en 2018 vendió parte del negocio al francés Franck Provost, dueño de Provalliance, líder europeo en peluquerías. Entonces facturaba 45 millones de euros, tenía 20 salones propios y 52 franquiciados en España, más 28 en el resto del mundo. En 2019 el grupo francés completó la compra de todo el grupo al hacerse con la cadena Twenty One, propiedad de una de sus hijas, Esther Llongueras.

Lluis Llongueras hizo de la peluquería "una manualidad", como la llamaba él, muy productiva. Y a pesar de los enfrentamientos económicos con su primera familia, puso orden enseguida en sus cuentas para dejar un patrimonio nutrido y organizado, que ahora recae en sus hijos, aunque no se sabe si en todos, o solo en los que tuvo con su segunda esposa: Adriá (que trabajaba con él en las peluquerías), Antoni y Yasmín.

Antoni, otro hijo de Llongueras en el tanatorio.
Antoni Llongueras Novella, en el tanatorio.
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