
El lunes muchos estuvimos moviendo las fechas del inicio de las vacaciones. El anuncio sorpresa de Sánchez nos pilló a todos con los planes ya casi hechos, las fechas de las vacaciones pedidas y el calendario más o menos organizado. Y aunque a finales de julio parezca que ya no vas a poder ni coger el boli, visto lo visto, creo que todos necesitamos un empujón más y aclarar cuanto antes qué va a pasar, quién va a gobernar los próximos 4 años y empezar el nuevo curso sin tanto ruido político, con las urnas ya abiertas y contado cada voto.
Llevamos demasiados meses metidos en esta polarización eterna que no nos lleva a ningún sitio, que lo paraliza todo, que solo sirve para meternos en debates que no solucionan problemas y sí generan muchísima inquietud. Debates fabricados muchas veces con el objetivo de seguir una estrategia determinada para conseguir movilizar a uno u otro electorado. Así que, aunque parezca el cuento de nunca acabar, ya metidos en faena electoral, terminemos cuanto antes, veamos realmente qué queremos todos, votemos y aceptemos el resultado.
El domingo se votó en muchas comunidades por un cambio de ciclo, por el fin de unas políticas. Un cambio de ciclo que nos llevará a ver regiones gobernadas por el pacto al que lleguen las derechas. Esa ola azul de la que hablaban la noche del domingo se ha convertido en comunidades como Madrid en un auténtico tsunami. Hay una forma de gobernar, de hacer política, que tanto en la capital como en la comunidad ha convencido a muchos. Y esto es lo que hay.
Lo que ocurra en poco más de dos meses veremos. Veremos cuál ha sido el cálculo electoral de Sánchez para hacer este adelanto, para tomar esta decisión que pilló a todos, excepto a su núcleo más duro, completamente a contrapié. En política 6 meses es una vida entera. Pero en Moncloa no han querido esperar a ver si esa vida que les quedaba era con respiración asistida o no.
La incertidumbre no es buena compañera de los negocios. Y muchos temían que, como país, esto lastrara más de un proyecto. Hay mucho por hacer. Muchos proyectos que poner en marcha. El próximo semestre España presidirá el Consejo de la Unión Europea y, en medio de esa presidencia, viviremos unas elecciones y un posible cambio de gobierno. Y hay decisiones que tomar: Ucrania, por ejemplo, depende de nosotros, de lo que impulsemos como país que preside el Consejo, de los acuerdos a los que lleguemos con otras potencias como Estados Unidos. Tenemos todo el desafío que supone lidiar con los cambios tecnológicos, con las amenazas sanitarias que, según la OMS, pueden llegar en los próximos meses. Y para eso no necesitamos estar enredados en polémicas absurdas. Necesitamos dejar de discutir y empezar a hacer.
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