Entrevista

Patricia García-Rojo, Premio Gran Angular 2023: "Todos en la adolescencia nos hemos sentido ciervos viviendo entre pájaros"

  • 'El verano que llegaron los lobos' explora las diferencias de la adolescencia mediante un mundo fantástico donde los humanos se convierten en animales y la protagonista es una chica ciervo que vive en un pueblo de personas pájaro.
  • "La palabra consumir está muy presente en la cultura y los productos tienen una vida cada vez más corta", reflexiona la escritora en su entrevista con 20minutos.
  • Mónica Rodríguez, Premio SM Barco de Vapor 2023 con 'Más valiente que Napoleón'.
Patricia García-Rojo, ganadora del Premio SM Gran Angular 2023 con 'El verano que llegaron los lobos'.
Patricia García-Rojo, Premio Gran Angular 2023 con 'El verano que llegaron los lobos'.
SM
Patricia García-Rojo, ganadora del Premio SM Gran Angular 2023 con 'El verano que llegaron los lobos'.

Una reflexión sobre los prejuicios, las diferencias, la tolerancia y el sentimiento de pertenencia, rodeado por un halo de misterio y fantasía; así es El verano que llegaron los lobos, la novela de Patricia García-Rojo que ganó esta 45ª edición del Premio SM Gran Angular.

La escritora jiennense, que ha ganado en el pasado el Premio Andalucía Joven de Narrativa 2008, el Premio Mandarache 2016 o el Premio Hache 2016, suma así este galardón de literatura juvenil a su extensa carrera, el segundo, pues ya se hizo con el Gran Angular 2015 con su novela El mar.

El premio recibió un total de 106 originales, y el jurado de expertos dio finalmente la victoria a García-Rojo, quien quiso homenajear en esta obra a esa chica rara que fue en su adolescencia, pero mediante un mundo fantástico donde los humanos se convierten en animales y la protagonista, Ana, es una chica ciervo que vive en un pueblo de personas pájaro.

¿De dónde le vino esta idea de realidad alternativa?
Fue viendo cuadros. La pintura siempre me ha inspirado muchísimo y necesitaba escapar de un embarazo de riesgo en el que estaba postrada en una tumbona. Me metí en Pinterest a ver mi carpeta de arte y encontré unos cuadros, uno de Meghan Howland y otro de Laura Makabreku, en los que los personajes aparecen velados por pájaros, y me pareció muy poético pensar que los humanos se pudiesen transformar en una bandada de aves. Y a partir de esa idea pensé en qué pasaría si en un pueblo de personas que se convierten en pájaros hubiese una persona que se convirtiese en cualquier otro animal. Y así llegué a la idea de Ana, la protagonista, que es una chica cierva.

Explora las diferencias y los prejuicios con la fantasía. ¿Cree que es más sencillo transmitir la tolerancia desde este tipo de historias?A través de la metáfora y del símil nos resulta mucho más fácil ponernos, no solo en la posición de la víctima, sino también en la del acosador o del que señala. Es más agradable y nos permite ver las diferentes caras de la moneda: no solo me identifico con el protagonista, sino que puedo verme reflejado en el personaje del vecino del pueblo que ha dicho ciertas cosas. La fantasía nos deja muchas veces hablar de temas muy complicados de una forma sutil que resulta más agradable para el lector.

¿Tiene la historia algo de biográfica?Mis libros siempre, al final resulta irremediable. No sé si es por inmadurez como escritora o por qué, pero siempre se acaban colando experiencias propias. Yo fui una chica ciervo en un pueblo de pájaros, o por lo menos me sentía así. Creo que todos en nuestra adolescencia nos hemos sentido ciervos entre pájaros. Y eso afloró en El verano que llegaron los lobos, aunque lo vi después. Cuando terminé la novela es cuando fui consciente, pero terminé plasmando parte de esa sensación de estar sola rodeada de gente.

¿Es más difícil escribir historias desde su propia experiencia o argumentos que sean completamente nuevos para usted?Creo que es más difícil escribir desde tus propias vivencias porque siempre va a haber un lector que te reconozca y eso da pudor, o por lo menos a mí. Es mucho más fácil escribir algo totalmente desvinculado de tu realidad.

¿En qué otras obras se inspiró para crear este universo?Pues para la trama de misterio, fundamentalmente me he inspirado en la obra de David Lozano, que siempre tiene algún muerto en sus novelas juveniles, y lo tuve muy presente al construir el escenario del crimen y demás. Y también en el Comisario Montalbano de Andrea Camilleri, en Los cinco, a la hora de establecer esta pandilla de amigos en verano.

¿Cómo fue ganar el Premio Gran Angular de nuevo?Estaba embarazadísima y ese día empecé con contracciones y me tuvieron que ingresar. No me lo esperaba para nada y sentí muchísimo pudor. Llevo presentándome al Gran Angular desde 2013, con la suerte de haber quedado finalista varios años y con la suerte de ganar en 2015 con El mar. Pero no esperaba ganar nunca más, esa es la cruda realidad. Me presenté con la aspiración de que me leyeran rápido, las editoriales muchas veces tardan en valorar los manuscritos y, a través del premio, sé que me tienen que leer rápido porque tienen que dar un fallo. Es una forma de que mi obra se mueva a otra velocidad que si va a la mesa del editor. No me lo esperaba para nada y menos este libro, que lo escribí sin tener muy claro lo que hacía, porque estaba tan embarazada, con tantas náuseas, tan incómoda... Me llevé una sorpresa.

Lleva más de 15 años escribiendo, ¿cree que ha cambiado mucho la profesión en este tiempo?La verdad es que la evolución es mortal. Me doy cuenta con tristeza de que la palabra consumir, en su peor acepción, está mucho más presente en el mundo de la cultura, no solo de la literatura, y los productos tienen una vida cada vez más corta. De pronto una novela en un mes está caducada porque hay 500 que vienen detrás. Pasa con la música, con el cine, con las series... Lo que más me preocupa de toda esta aparente explosión cultural es que es muy efímera y al final es una lluvia que no permea. Es una vorágine y se convierte en una comida rápida, y eso muchas veces supone bajar la calidad, claro, porque cuando tienes un año para editar un libro no trabajas igual que cuando tienes 15 días.

Como profesora de Lengua Castellana y Literatura, ¿cómo ve los hábitos de lectura de la gente joven?Hay un boom de lectores jóvenes brutal, son pocos, pero devoran a unas velocidades que compensan a todos sus compañeros. Hay una generación que, gracias a las redes sociales, se animan a leer, a compartir lo que lee, a hacer comunidad. Se animan unos a otros y eso genera muchísimo movimiento. Luego tenemos a otros que no tocan un libro ni con un palo, que además tienen una relación con el objeto libro muy descreída. Hace unos años con mis alumnos realicé un ejercicio para ver cuál había sido su historia como lectores, descubrir en qué momento había cambiado su percepción, y era muy curioso porque, de niños, todos tenían recuerdos muy bonitos, pero, en el momento en que sus padres dejaron de acompañarlos y el libro se convirtió en un espacio de soledad, la gran mayoría abandonaba y el libro dejaba de ser un objeto amable para convertirse en uno odiado.

¿Sus alumnos leen sus libros?Algunos han leído obras mías. Pero en casa del herrero, cuchara de palo. Mis alumnos tienen supernormalizado que escribo, para ellos no es nada extraordinario, y de hecho tienen normalizado que gano premios de vez en cuando. Sí que alguno siente curiosidad y lee algunas de mis obras y yo intento que esté siempre en la biblioteca disponible para el que quiera acercarse.

Ha dedicado su carrera a la literatura infantil y juvenil, ¿cómo cree que se valora este género dentro de la profesión?Considero que en España hay un nivel muy bueno de literatura infantil y juvenil y me encantaría que muchos otros adultos se animasen a descubrirlo, porque hay obras que te cambian para siempre. Hay una elaboración, diría que muchas veces mayor que en muchas obras comerciales para adultos, porque hay un cuidado exquisito en la forma. Porque, sobre todo para los niños, no puedes hablar de la misma manera, aunque trates los mismos temas, pero la gramática y el vocabulario que utilizas tiene unas limitaciones, no puedes poner una subordinada de tres renglones en un libro infantil. Además, hay que quitar esta sensación de que la literatura infantil es de prospecto, que sirve para solucionar problemas. 'Dame un libro para un niño que sufre bullying, dame un libro para una niña que se ha peleado con su mejor amiga'. No, no, es literatura.

Tras El verano que llegaron los lobos, ¿qué más proyectos tiene en mente?Con mi hija estoy un poco hasta arriba. Intenté trabajar mucho el año pasado para dejarlo todo bien sembradito de proyectos para que luego solo me quede corregirlo, presentarlo a la editorial y demás. Este año publicaré mucha obra infantil. Seguiré con la serie de Los cazamisterios (Penguin), que está funcionando muy bien para lectores de unos 7 años. Y sacaré también, que estoy muy ilusionada, mi primer Barco de Vapor Serie Blanca con SM, que serán unos libros para primeros lectores que sale en el 8 de junio y me hace mucha ilusión porque, si todo va bien, tendrán peluche y esto es como un hito en mi vida literaria. Estoy muy ilusionada con esta serie que se llama Los mugres y son pequeñas criaturas casi invisibles para el ojo humano que se dedican a juntar la basura que tiramos al suelo y crear grandes montones.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento