"Conseguimos detenerlos antes de que lo destruyeran por completo". Sofie Attrill recuerda así el momento en que descubrió que unos trabajadores del ayuntamiento de Hackney, en el noreste de Londres, estaban tapando con pintura azul uno de los grafitis más significativos de Banksy, el artista más renombrado del arte urbano inglés, según publica la BBC.
La obra en cuestión era una caricatura de la familia real británica saludando desde un balcón, que se hizo especialmente popular desde que fuera utilizada para ilustrar el single Crazy Beat, del grupo británico Blur.
Atrill, propietaria del edificio en que se encontraba el grafiti, ha asegurado que estalló en un mar de lágrimas cuando vio lo que el equipo de obreros del ayuntamiento estaban haciendo con la obra del artista, valorada en 330.000 dólares.
"Nuestra tarea es mantener las calles de Hackney limpias", ha asegurado Alan Laing, miembro del Ayuntamiento de Hackney, al diario británico The Guardian, subrayando que entres sus tareas no figura evaluar si un graffiti es arte o no.
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