Estamos ya en la recta final de la campaña electoral. Han sido días de críticas, algunas muy duras, entre candidatos. Aún así, ¿sigue confiando en llegar a acuerdos con ERC y con el PSC si BComú es la fuerza más votada?Soy la única garantía de que ese pacto a tres pueda ser una realidad. Es cierto que las encuestas están muy ajustadas y que los indecisos marcarán el resultado. Es una evidencia que somos tres los candidatos con opciones a quedar primeros –Colau, Trias y Collboni– y también que nadie va a poder gobernar solo, que habrá que pactar.

¿Qué opciones hay?Sobre la mesa solo hay dos posibles pactos. Uno es el que ya han dejado muy claro que quieren hacer Trias y Collboni, que para mí es el pacto del retroceso. Y el otro es un pacto progresista como el que yo he liderado estos cuatro años y que espero liderar cuatro años más. Si quedo primera seré la garantía de un gobierno progresista y de que no haya un pacto Trias-Collboni. Veo con preocupación el giro a la derecha que ha dado Collboni.

Pese a ese giro a la derecha y a que Collboni ha dicho que ha tenido que hacer de alcalde alguna vez, ¿sigue confiando en que puede funcionar una alianza?Veo al señor Collboni muy nervioso y ha hecho cosas muy contradictorias y frívolas. Es muy poco creíble que alguien diga que se ve como alcalde cuando siendo mi primer teniente de alcalde ha abandonado su responsabilidad con la ciudad de Barcelona solo para hacerse fotos y hacer campaña. En cualquier caso, de lo que sí estoy segura es de que si yo quedo primera tendré la fuerza suficiente para hacer que tanto el PSC como Esquerra miren a la izquierda, formemos un gobierno progresista y no pacten con Junts. Y lo he demostrado.

Si no queda primera, también buscará ser alcaldesa.Yo he sido ocho años alcaldesa y me presento una última vez. Evidentemente me presento para ser alcaldesa, y para ello es mejor quedar primera y con el máximo apoyo posible, porque eso también garantiza evitar el pacto Collboni-Trias. Y por ello hago un llamamiento a todos los votantes progresistas para que se movilicen el próximo 28 de mayo y me den su confianza, aunque hayan votado en otras elecciones a otros partidos de izquierdas. Creo sinceramente que ahora es importante concentrar el voto para que nosotros lideremos y garanticemos un pacto de izquierdas que mantenga las políticas progresistas en la ciudad.

Estamos cerca de los búnkers del Carmel. Los vecinos se quejan de que a pesar de que hace aproximadamente un mes, se cierran por la noche, los turistas saltan las vallas y hacen botellones.Tiene que haber una presencia más intensa de la Guàrdia Urbana, y esperamos que con la regulación que se vaya haciendo del turismo, vuelva a haber una situación de visitas sostenibles y se pueda reabrir el espacio, porque nos gustan los espacios abiertos, no cerrados. El tema de los búnkers es un síntoma de que hay que regular el turismo en general.

¿Qué más se puede hacer para regular el turismo, además de poner coto a los apartamentos turísticos?Hay que reducir los cruceros. Hemos dicho cómo hacerlo: hay que evitar construir otra terminal en el puerto, no renovar la otra. Y hay que decir no a la ampliación del aeropuerto. Otras formaciones nunca se han atrevido a regular el turismo por presiones de sectores económicos muy poderosos. Si de estas elecciones sale un pacto Trias-Collboni, volveremos a la barra libre del turismo y de la especulación.

Le han reprochado a usted un caos de movilidad, en parte por las superilles, pero ha anunciado que quiere extenderlas a los 10 distritos. ¿Cree que aún queda trabajo por hacer para que convivan una buena movilidad y las superilles?Lo que era un caos eran los niveles de contaminación que nos encontramos en 2015, que genera muertes prematuras y enfermedades. La Unión Europea nos dijo que eran inaceptables. Con nuestras políticas ya hemos reducido el 30% de las partículas más contaminantes, y allí donde terminan las obras de las superilles, nadie quiere volver atrás, porque pacificamos la vía pública para hacer una ciudad de calidad que ponga a las personas en el centro.

¿No cree que haya un problema de movilidad ahora mismo?Barcelona es pionera en movilidad sostenible. Estamos consiguiendo reducir el número de coches y aumentando el transporte público como nunca. Hemos doblado la inversión y hemos rebajado tarifas.

Iniciamos la campaña electoral con las protestas por las okupaciones de la Bonanova y la acabaremos en el mismo escenario. Hoy de nuevo se han convocado dos manifestaciones de signo contrario, una de Desokupa y otra a favor de la okupación de El Kubo y La Ruïna.¿Qué opinión le merece?Me parece un escándalo que la derecha y la extremaderecha hayan querido entrar en campaña así. Han intentado ser protagonistas incendiando una situación concreta de un barrio. Con la excusa de Bonanova ha venido gente de extremaderecha de toda España a gritar “puta Colau” y proclamas machistas, racistas, que incitan al odio. Es una línea roja y las fuerzas progresistas no podemos caer en esas provocaciones. Ya hemos pasado esos hechos a la Fiscalía de delitos de odio para que los valore.

¿Qué les diría a los que le acusan de ser prookupa?Me parece absurdo. Respecto a 2019, la ocupación ha bajado un 18%, y ahora afecta solo a un 0,16% de las viviendas de la ciudad. La derecha ha dicho un montón de mentiras: que si el Ajuntament hacía talleres para la ocupación, que si regalábamos llaves de pisos… Hemos hecho más política de vivienda que nunca y seguramente eso tiene que ver con que haya menos desahucios y menos ocupaciones. Además nos hemos personado en algunos casos graves de ocupaciones, ayudando a presentar informes de la Guardia Urbana.

El precio de los pisos en calles de la ‘superilla’ del Eixample, como Consell de Cent y Girona han subido. ¿Cómo se puede regular?Tenemos informes técnicos que avalan que la subida del precios de los pisos no es por mejorar una calle, sino por la especulación. Desde que entré como alcaldesa he peleado más que nadie para que se aprobara la regulación de los alquileres y finalmente se ha conseguido. Nos ha costado mucho convencer al partido socialista, pero lo hemos logrado, y Barcelona será la ciudad que más rápidamente y con más ambición aplique esta ley, que permitirá detener las subidas abusivas del alquiler tanto en las calles pacificadas como en el resto. Este Ajuntament ha plantado cara a la especulación como no había hecho nadie, y por eso los fondos buitre nos han puesto querellas que luego se archivan.

Cómo está el caso de las licencias de apartamentos turísticos a promotores que aprovecharon un momento en que el Peuat estuvo anulado para pedirlas.En el caso de las concedidas en el edificio de la calle Tarragona, por ejemplo, con la capacidad municipal que tenemos, que es limitada, hemos conseguido que se extingan aproximadamente la mitad, pero quedan el resto y no nos resignamos. Por eso pedimos cambiar la ley catalana, para que desde el Ajuntament podamos revocar licencias.

Estamos en la biblioteca municipal Juan Marsé del Carmel. Tenemos otra, la de Gabriel García Márquez, candidata al premio a la mejor del mundo, que otorga la Federación Internacional de Asociaciones e Instituciones Bibliotecarias. ¿Se van a seguir impulsando?La biblioteca García Márquez en La Verneda ha dado muchísimo orgullo de barrio y queremos hacer muchas más. De hecho, ya están en proyecto cinco más. Las bibliotecas son uno de los equipamientos más valorados por la ciudadanía y son esenciales para garantizar la igualdad de oportunidades de quien lo tiene más difícil. Son los palacios del pueblo. Que haya bibliotecas de la mayor calidad y belleza posible en todos los barrios, especialmente en los más vulnerables, es una política principal de ciudad. Ya somos la administración que destina más presupuesto a cultura, un 6%, mientras que la Generalitat y el Gobierno destinan entre un 1 y un 2%.