La vicealcaldesa y candidata naranja en el Ayuntamiento de Madrid, Begoña Villacís, ha centrado sus intervenciones durante el debate transmitido este lunes por Telemadrid en tres estrategias concretas: ha presumido de gestión, ha intentado encontrar contrincantes sin demasiado éxito y ha apelado al votante desde un punto de vista más personal que político al hablar de su lealtad, de su embarazo o de su carrera. 

Al comienzo del debate, la vicealcaldesa ha dado las gracias a los madrileños que habían confiado en ella en las anteriores elecciones para apelar después "a los madrileños que no llevan toda la vida votando lo mismo, a los que saben salirse del rebaño". Villacís se ha presentado señalando que ser vicealcaldesa ha sido "el mayor honor" de su vida y ha destacado que durante la legislatura ha recorrido "cada barrio" para ganarse ese honor. Ya en los primeros minutos de emisión, la candidata de Ciudadanos ha dejado ver sus ganas de enfrentamiento.

Sus cuchillos volaban en varias direcciones. El primero lo recibió el candidato de Vox, Javier Ortega Smith, a quien Villacís ha reprochado que votase en contra de la bajada del IBI. Y al hilo del asunto, ha aprovechado para presumir de la gestión del área económica en el Ayuntamiento, que durante los últimos cuatro años ha corrido a cargo del concejal naranja Miguel Ángel Redondo. La vicealcaldesa ha sacado pecho de la bajada de impuestos en la capital, enfrentándola a un Gobierno central "que no solo ha subido los impuestos, sino que ha diseñado impuestos específicos para Madrid". 

A medida que hablaba de gestión, la vicealcaldesa soltaba pequeñas pullas al Ejecutivo de Sánchez, y en esa discusión ha encontrado a una Reyes Maroto dispuesta a combatir, la única que le ha tomado el guante a Villacís. Pese a lo cual, el grueso de los dardos de la naranja se los ha llevado Roberto Sotomayor, con quien lleva confrontando desde que comenzó la campaña. 

Villacís se ha vuelto a poner el traje de política con experiencia en el sector privado, esa faceta suya, para hablar de su gestión con las terrazas de la hostelería durante la pandemia. "Cuando vi que decenas de empresas cerraban cada día, saqué las terrazas y salvé 6.000 puestos de trabajo", ha señalado. 

La número dos del Ayuntamiento de Madrid ha tirado de gestión también para hablar de la calidad del aire, "la mejor de la serie histórica". Esta es una de las áreas del debate que Villacís ha aprovechado para dibujarse como alternativa de un gobierno entre Almeida y Ortega-Smith, a quien tildó como "la mejor definición del negacionismo". 

Si la gestión de las restricciones de tráfico se hubiera hecho de la mano de Ortega-Smith, ha asegurado, "Europa nos habría multado con 500 millones de euros". Por el contrario, Villacís ha querido mostrarse como la candidata del "Madrid del futuro", del bosque metropolitano al cubrimiento de la M-30 a la altura de Ventas.

Mientras tanto, nadie parecía responsabilizar a la vicealcaldesa de lo bien o mal que fueran las cosas en Madrid. Ni los partidos de la oposición, abalanzados sobre el alcalde desde ambos lados del espectro político, ni el propio Almeida, que solo le ha dirigido la palabra al final del debate. 

Cuando ha llegado el momento de hablar del problema de la vivienda, uno de los más candentes y decisivos en esta campaña electoral, Villacís ha intentado de nuevo llevarse los méritos. Esta vez con cierta razón, ya que se trata de un área coordinada por su partido durante los últimos cuatro años. "El urbanismo en Madrid tiene un nombre, Ciudadanos", ha señalado al comenzar su turno. 

Un área en el que se ha presentado también como la antítesis del Gobierno central. Frente a "las palabras" del Gobierno de Sánchez, Villacís dice ofrecer "pruebas, viviendas y grúas". Los desbloqueos urbanísticos y la habilitación de 100.000 viviendas han sido las medallas que ha decidido sacar a relucir. 

Rita Maestre y Martínez Almeida discutían, echándose a la cara los reproches correspondientes a esta legislatura y a la anterior, mientras Villacís insistía en que los responsables de las victorias urbanísticas del consistorio son ella y su equipo.

A medida que el debate avanzaba, cuando los dos primeros bloques habían concluido, se veía ya claramente a una Villacís dispuesta a pelear pero falta de contrincantes, presa de una constante riña no correspondida: ni Javier Ortega-Smith ni Roberto Sotomayor acababan de entrar al trapo. 

Ni siquiera cuando la vicealcaldesa ha acusado a la compañera de Sotomayor en la Comunidad, Alejandra Jacinto, de ser una "mujer violenta" por haber participado en un escrache contra ella. "Demuestra que eres un feminista y pídeme perdón", le ha exigido sin resultados al candidato de Podemos, a quien acabó llamando "feminista de pacotilla, comunista de chalet y revolucionario sin revolución".

Tan solo la socialista Reyes Maroto ha respondido a sus ataques, entrando a una discusión paralela a la de Almeida y Maestre, que la eclipsó por completo. Su defensa de gobierno, que junto a las críticas a Podemos y Vox ha copado sus intervenciones, acabó por darle más crédito al alcalde, foco de las palabras de los demás candidatos.

Almeida, por su parte, solo se ha dirigido a su vicealcaldesa al final del debate para reprocharle sus críticas a Vox ("eres vicealcaldesa gracias a sus votos", le ha dicho) y para preguntarle si pactaría con las izquierdas. "No somos lo mismo, tu eres conservador y yo liberal. Yo quiero poner la bandera del orgullo y tú no", le ha respondido la candidata naranja, tratando de marcar un perfil propio frente a un Almeida omnipresente en el debate.