Este es el mejor método para llamar a un gato y no es decir "pspspsps"

Un gato 'caliby', combinando tabby, rojo y blanco.
Imagen de un gato.
Carol, Flickr, CC BY-NC-SA 2.0.
Un gato 'caliby', combinando tabby, rojo y blanco.

Todos lo hemos hecho alguna vez: vemos un precioso gatito por la calle y para atraerlo y darle unas caricias nos agachamos, extendemos nuestra mano y emitimos un sonido parecido a "pspspsps".

Pero pese a la tradición popular, este no es un método útil para atraer a un felino, y ahora la ciencia lo ha demostrado, tal y como recoge en un reportaje el medio Gizmodo.

El estudio lo han llevado a cabo en Laboratorio de Etología Comparada y Cognición de la Universidad de Nanterre, en París, dirigido por Charlotte de Mouzon, que lleva años estudiando las interacciones entre gatos y humanos. 

"¿A qué dan más importancia los gatos cuando tratamos de comunicarnos con ellos?", se preguntó Mouzon. "Esa fue precisamente la pregunta inicial de la investigación", prosigue.

Para su estudio, Mouzon acudió a un café de gatos, donde interactuó de cuatro maneras diferentes con doce gatos que previamente se habían acostumbrado a su presencia.

Los dividió en cuatro grupos: a unos los llamó solo mediante señales vocales. A otros los llamó solo mediante gestos. Un tercer grupo de mininos fue llamado mediante señales vocales y gestos simultáneamente, mientras que el cuarto grupo, el grupo de control, fue ignorado.

Mouzon descubrió que la mejor manera de que los gatos acudan más rápido es usar la voz y los gestos simultáneamente, aunque el estudio ha revelado que los gatos acuden más rápidamente ante estímulos visuales que ante los auditivos.

Curiosamente, esto contradice un estudio anterior del mismo equipo que concluía que los gatos saben perfectamente cuándo les estamos hablando a ellos, pero que luego deciden ignorarnos.

La explicación que ofrece Charlotte de Mouzon es que los gatos no reaccionan de la misma manera ante su propietario o un humano de sobra conocido y en el que confían que ante un extraño.

"Por una parte es agradable obtener los resultados esperados, pero a veces es agradable obtener resultados inesperados porque permiten formular nuevas hipótesis para tratar de descubrir qué está pasando", dice la autora.

En su estudio, Mouzon y su equipo también analizaron el movimiento de la cola de los gatos. Cuando la agitan de un lado para otro, significa que están estresados o incómodos. De los cuatro grupos analizados, los que más recurrieron a este gesto fueron los que recibieron solo llamadas vocales y los que fueron ignorados.

Los autores del estudio creen que los gatos se pueden sentir estresados si son llamados por un extraño y al mismo tiempo, si son ignorados por un humano al que reconocen.

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