Juan Luis Saldaña Periodista y escritor
OPINIÓN

El grupo familia

El grupo familia en una reunión presencial.
El grupo familia en una reunión presencial.
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El grupo familia en una reunión presencial.

Ponlo en familia. Compártelo con todos. Así lo verán los tíos y los abuelos. La auténtica red social se llama Whatsapp, los demás hacen lo que pueden. El que domine Whatsapp, dominará el mundo y el que entre ahí con un mensaje publicitario eficaz -es sumamente difícil- se hará de oro. La red de contactos que tienes en esta aplicación, con alguna salvedad, es tu verdadera red social y la empresa propietaria lo sabe.

El grupo familia es una realidad que casi todos llevamos en el móvil. Suena a secta, a grupo político con tufo religioso, pero no es más que una reunión permanente de sujetos de dos o tres generaciones que intentan practicar una comunicación constante y fluida, pero que, casi siempre, se alejan poco a poco.

Existen algunas voces que han alertado sobre el peligro de los grupos familiares de Whatsapp como fuente de estrés y posible espacio de generación de conflictos. Hay familias que llevan en el bolsillo una potencial discusión de cena de Navidad accidentada, una bomba de relojería que puede estallar en cualquier momento. En cualquier momento puede saltar la bomba.

La auténtica red social se llama Whatsapp

En los grupos con niños la actividad se dispara. El grupo familia se convierte en un álbum de fotos y vídeos con las hazañas y los avances de los pequeños y es un caldo de cultivo peligroso para el agravio comparativo: al primo le dicen guapo todos y a nuestro hijo no se lo dice casi nadie. Mucha gente tiene ya dos grupos familia; el de la familia biológica y el de la política.

El mayor peligro reside en que esta forma de comunicación haga que las conversaciones entre personas disminuyan, que las visitas en persona se separen cada vez más y que se convierta en un sucedáneo barato y más cómodo. El ejemplo claro es un cumpleaños en el que te felicitan muchos, pero no te llama casi nadie. Puede ocurrir que nos dirijamos hacia un abismo de soledad y creamos que estamos muy acompañados. Ponlo en familia. 

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