Rusia lanza un nuevo bombardeo masivo contra todo el territorio ucraniano en la previa del Día de la Victoria

El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, en el edificio de apartamentos dañado por el dron.
El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, en el edificio de apartamentos dañado por el dron.
LaPresse
El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, en el edificio de apartamentos dañado por el dron.

A menos de un día de que la fuerza militar de Rusia desfile por las calles de Moscú para celebrar el Día de la Victoria (el día más importante del calendario ruso), las calles de Ucrania sufren un nuevo ataque masivo por parte del Kremlin. Al menos cinco personas resultaron heridas este lunes en la ofensiva con drones lanzada esta madrugada sobre Kiev por el Ejército ruso, que también atacó la región de Járkov, Jersón, Mykolaiv y Odesa, donde ha muerto una persona como resultado de los ataques y ha sido destruido un almacén de 1.000 metros cuadrados de la Cruz Roja que contenía ayuda humanitaria.

Según el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Rusia "continúa con sus tácticas de terror" tras lanzar 16 misiles durante el último día, además de 61 ataques y 52 descargas de artillería contra posiciones tanto militares como civiles. Según las autoridades ucranianas, su defensa consiguió derribar hasta 35 drones.

En Kiev, el alcalde de la ciudad, Vitali Klitschko, confirmó el "lanzamiento de un ataque a gran escala" por parte de Moscú. "Tres personas resultaron heridas en explosiones en el distrito de Solomyanskyi de Kiev, y otras dos resultaron heridas en el distrito de Sviatoshynskyi, ambos al oeste de la capital", precisó. Klitschko agregó que los restos del dron ruso cayeron sobre un edificio de dos plantas y que la ciudad registró otras explosiones durante la mañana del lunes. Fue también la caída de los resto de un dron lo que provocó daños en Shevchenkivskyi y afectó a una tubería de gas de alta presión.

Al mismo tiempo, a cientos de kilómetros de allí, en la ciudad costera de Odesa también se activaba la alerta aérea y se escucharon varias explosiones de misiles que impactaron en varios puntos de la ciudad. Las fuerzas rusas dispararon misiles Kh-22, provocando la destrucción del incendio de un almacén de 1.000 metros cuadrados de la Cruz Roja, y en el que, según fuentes militares, murió una persona.

El incendio "destruyó por completo la ayuda humanitaria para la región de Odesa que había se guardada en el almacén", anunció en un comunicado la Cruz Roja, que explica asimismo que "en el momento del ataque no había empleados ni voluntarios de la Cruz Roja Ucraniana en el lugar de los hechos". Esto ha obligado a la organización a suspender la entrega de ayuda humanitaria y algunos de los proyectos.

Aunque los ataques no han dañado la infraestructura energética del país, los consumidores de las regiones Jersón, Járkov, Zaporiyia, Donetsk, Sumy y Chernígov han estado sin electricidad durante toda la jornada del lunes. El Ministerio de Energía de Ucrania ha reconocido estar trabajando para subsanarlo y que cerca de 25.000 usuarios ya han sido reconectados a la red. 

Alerta aérea en todo el país

Pese a que los bombardeos se produjeron por la mañana del lunes, la alerta aérea se ha mantenido todo el día después de que Rusia desplegara aviones de combate Mig-31K. Estas aeronaves pueden cargarse con misiles Kinzhal, con capacidad nuclear, lo que ha obligado a mantener alerta las defensas aéreas ucranianas.

"Cabe recordar que no tenemos suficientes sistemas Patriot que puedan proteger el cielo ucraniano de este tipo de armamento", ha alertado el portavoz del Mando de la Fuerza Aérea, Yuri Ignat. El Kinzhal "es un misil aerobalístico que puede volar muy rápido y con mucha precisión", por lo que "existe una amenaza para todo el Estado. Por eso se ha decretado la alarma", ha explicado.

Según el Ejército ucraniano, el pasado 4 de mayo se pudo derribar por primera vez desde el estallido del conflicto uno de estos misiles gracias al sistema Patriot.

Un Día de la Victoria atípico

Estos ataques se han producido unas horas antes del esperado Día de la Victoria, en el que Rusia celebra la victoria de la Unión Soviética contra la Alemania Nazi. Moscú vuelve a vestirse de gala un año más sumido en plena invasión de Ucrania, pero esta vez las miradas apuntan con recelo al conflicto en el país vecino. La guerra tiene desde hace meses los frentes estancados y la seguridad del territorio ruso se ha puesto en entredicho tras el ataque que sufrió el pasado miércoles contra el edificio del Kremlin.

Tras este suceso, hasta una veintena de ciudades han cancelado el desfile militar, aduciendo problemas de seguridad. Desde Krasnodar, cuya región sureña está bañada por el mar de Azov y se encuentra al otro lado de la anexionada península de Crimea; hasta Sochi, principal balneario del mar Negro; o Pskov, base de las fuerzas aerotransportadas rusas que combaten en Ucrania.

En la Plaza Roja de Moscú el desfile sigue en pie y las autoridades rusas han confirmado la asistencia del presidente ruso, Vladimir Putin. Las estrictas medidas de seguridad trataran de reducir las posibilidades de un nuevo ataque. Por primera vez en muchos años, el escenario de la tradicional parada militar ha estado cerrado durante dos semanas.

Si en 2022 los analistas apuntaban a un ataque ruso para el Día de la Victoria, en esta ocasión señalan un posible inicio de la esperada contraofensiva ucraniana que lleva meses anunciándose. No obstante, fuentes militares consultadas por este periódico señalan que este tipo de acciones no suelen tener un día especifico, sino que dependen de que las condiciones lo permitan para que comiencen.

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