Los sindicatos salen a la calle en un Primero de Mayo marcado por los salarios, la paz social y un fuerte aroma a campaña electoral

El secretario general de UGT, Pepe Álvarez (2i), y el secretario general de CCOO, Unai Sordo (d), conversan con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero (c), durante la manifestación el Primero de Mayo de 2023 en Madrid.
El secretario general de UGT, Pepe Álvarez (2i), y el secretario general de CCOO, Unai Sordo (d), conversan con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero (c), durante la manifestación el Primero de Mayo de 2023 en Madrid.
EFE
El secretario general de UGT, Pepe Álvarez (2i), y el secretario general de CCOO, Unai Sordo (d), conversan con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero (c), durante la manifestación el Primero de Mayo de 2023 en Madrid.

Decenas de miles de personas se echaron a las calles el lunes para reivindicar el Primero de Mayo, una fiesta centenaria marcada este año por la reivindicación de un pacto salarial, el clima de paz social y unas elecciones autonómicas y municipales que asoman ya a la vuelta de la esquina. 

Más de 70 marchas en todo el país recorrieron las calles bajo el lema Subir salarios, bajar precios, repartir beneficios. Manifestaciones celebradas en general en un ambiente festivo y marcadas por el buen tiempo, con cielos despejados y temperaturas máximas que superaron los 20 grados en buena parte del país.

Una hora antes de que diera comienzo la marcha de Madrid —la más multitudinaria, con 60.000 manifestantes según los sindicatos (10.000 para la Delegación del Gobierno en Madrid)— los líderes de UGT, Pepe Álvarez, y CC OO, Unai Sordo, inauguraban los actos del Primero de Mayo con un mensaje claro hacia la patronal. Si no se alcanza un acuerdo salarial, los sindicatos están dispuestos a llegar a la huelga, en los sectores en los que la negociación de los convenios siga estancada. 

Por el momento, sindicatos y empresarios siguen sin ser capaces de alcanzar un acuerdo de mínimos en cuanto a salarios. Las conversaciones se reanudaron el pasado marzo, pero siguen encalladas. Los empresarios están cómodos en su estrategia de negociar convenio a convenio y no ven imprescindible que se alcance un pacto general para subir los salarios.

Reivindicaciones sectoriales

En las calles se dieron cita trabajadores y pensionistas en una protesta marcada por las luchas sectoriales y movilizaciones pacíficas. Muy lejos queda ya la crispación de comienzos de la década pasada, que fue testigo de un fuerte ciclo de protestas por los recortes sociales y en una profunda crisis económica. El malestar por la fuerte pérdida de poder adquisitivo de los salarios no ha sido suficiente como para incendiar las calles españolas.

Las luchas laborales son variadas, pero las demandas se repiten. Mejoras en los convenios, subidas salariales que compensen la inflación o trabajar menos horas son algunas de las más habituales. Desde el personal de limpieza que reivindica la semana de cuatro días laborales, hasta los porteros y conserjes, que reclaman novedades en un convenio que no ha cambiado en 20 años. "Ya es hora de que la patronal nos respete un poco y luche por nuestros derechos", expresaba Emilio Sanz, empleado en una finca urbana, a 20minutos.

También protestaban los trabajadores de la sanidad privada, que lamentan que la lucha de los sanitarios durante la pandemia "haya quedado olvidada", "Nadie nos cuida. Nadie señala con el dedo a todos los empresarios que cada vez se enriquecen más a costa de todo nuestro esfuerzo", señalaba Samuel Mosquera, representante de CC OO en este sector. 

"El Primero de Mayo hay que reivindicarlo todos los años. Ha habido una inflación enorme y lo lógico es que los salarios suban para que las personas trabajadoras no pierdan poder adquisitivo y puedan mantener a sus familias y a sí mismos", señalaba Amaya, trabajadora en el sector del transporte y que acude al Primero de Mayo desde hace 25 años.

Otro colectivo con destacada participación en las movilizaciones es el de los pensionistas. Esta es la situación de Luci y Evelyn, dos mujeres ya jubiladas que echan en falta mayor presencia de jóvenes en las movilizaciones. "Me gustaría ver más jóvenes. Las dos estamos jubiladas y ya no tenemos que preocuparnos. Hay bastantes jóvenes, pero somos mayoría la generación de los 40 años para arriba", señalan.

Aroma electoral

Las movilizaciones del Primero de Mayo contaron este año con una importante representación de los partidos de la izquierda política. Hasta cuatro ministros —María Jesús Montero, del PSOE; Yolanda Díaz, Irene Montero y Alberto Garzón, de Unidas Podemos— asistieron a la marcha de Madrid, en la que también estuvieron presentes varios candidatos a los comicios autonómicos y locales. Mónica García, Rita Maestre (Más Madrid), Reyes Maroto (PSOE) o Alejandra Jacinto (Podemos) se dejaron ver por las calles de Madrid.

En representación del ala socialista del Gobierno, María Jesús Montero manifestó su deseo de que se alcance un acuerdo salarial en los próximos meses y se mostró partidaria de que los beneficios récord que están obteniendo algunas empresas se "socialicen".

Más tajante fue la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que arremetió contra la patronal a la que emplazó a que "cumpla con sus obligaciones" y cierre "inmediatamente" un pacto salarial con los sindicatos. Desde Podemos, la ministra de Igualdad, Irene Montero, fue un paso más allá e hizo un llamamiento a congelar las hipotecas e intervenir el mercado de los alimentos ante unos beneficios empresariales que calificó de "impresentables". Finalmente, el ministro de Consumo, Alberto Garzón, se mostró partidario de moderar los beneficios "abusivos" de las empresas y reclamó "hacer el trabajo compatible con la vida"

Desde el lado de la oposición, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, se limitó a publicar un escueto mensaje en su Twitter. "Ya falta menos para que se vuelva a crear empleo estable y de calidad con un gobierno del PP", expresó el líder de los populares. Finalmente, desde Vox, que celebró su propio acto con su sindicato afín (Solidaridad), Santiago Abascal acusó a los sindicatos de no haber movido "ni un solo dedo" ante el alza de precios.

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