El Parque Sierra de Guadarrama advierte de la "intensa defoliación" y del comportamiento inusual de las orugas

Ejemplar de procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa).
Ejemplar de procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa).
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Ejemplar de procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa).

El Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama ha elaborado un informe sobre la situación y posibles líneas de trabajo ante de la procesionaria del pino por la "intensa defoliación" que "está provocando" en determinados enclaves. El estudio, recoge que desde febrero el Cuerpo de Agentes Forestales de la Comunidad de Madrid está procediendo a confeccionar las listas de seguimiento de los rodales de procesionaria, y que durante este otoño "se ha observado un modo de proceder de las orugas que no es el habitual de esta especie".

En este sentido, se indica que los Agentes se encuentran elaborando el estudio para determinar el grado de infestación de cada uno de los 570 rodales existentes en la Comunidad de Madrid. "Una vez recibidas todas, se procederá a comprobar los valores obtenidos en esa prospección. De esa manera se tendrá una primera valoración del grado de infestación en cada rodal", recalca el informe.

En cuanto a los tratamientos para controlar a estos insectos, se indica que "no es factible" poder recurrir a la aplicación de productos insecticidas con medios aéreos, que suele ser el método indicado para controlar poblaciones que han alcanzado una amplia presencia geográfica.

"Ello implica que la mayoría de actuaciones con productos químicos tenga que limitarse a la aplicación mediante medios terrestres, que por sus características tienen una capacidad bastante limitada y su efectividad no es tan alta como podría ser deseable en determinadas situaciones", se aclara.

De este modo, se avanza que a partir del próximo mes de junio se comenzará a efectuar la instalación de trampas de feromonas en las zonas "donde estas puedan funcionar de manera óptima". "En aquellas zonas en las que debido a la entidad de los problemas causados y a la presencia de niveles poblacionales altos, a partir del mes de septiembre y hasta final de octubre, se efectuaran aplicaciones de productos insecticidas", puntualiza.

Se concluye que la presencia de la procesionaria "no se puede asociar con un deterioro de los pinares, o una falta de gestión adecuada de esas masas". Se indica que se trata de una especie autóctona que "está presente en la mayoría" de las masas de pinar de la Península Ibérica y debido a ser una zona en la que deben primar los procesos de control naturales, "lo lógico y recomendable" es esperar a que sean las especies propias de este ecosistema "las que vayan desarrollando el control natural del defoliador", que "lleve a una disminución de las poblaciones plaga hasta volver a la situación de equilibrio que existían anteriormente".

"Solo si ese proceso fuera excesivamente largo y supusiera un evidente peligro sobre el ecosistema, tendría lógica proceder a tomar medidas de control más contundentes, con el fin de abreviar la duración de este proceso de vuelta a la situación de equilibrio anterior", se resalta.

Orugas a 1.700 metros

El jefe de Negociado de Tratamientos Fitosanitarios de la Comunidad de Madrid, Javier Blasco, ha explicado que las orugas "normalmente" deberían estar a altitudes "inferiores a 1.500 metros" pero que se han detectado en zonas como el Puerto de la Morcuera y la zona alta de la Cuerda Larga a "más de 1.700 metros".

"Se trata de un comportamiento anómalo que nos indica que probablemente las condiciones de temperatura hacen que puedan desarrollarse ahí cuando hace apenas 20 o 30 años era imposible", ha resaltado.

El segundo comportamiento "anómalo" se ha detectado en orugas que "han sido capaces" de enterrarse durante el otoño y posteriormente otras que se han "empezado a enterar en primavera". "Eso no es normal. Normalmente suelen salir en una sola oleada y no en dos", ha concluido.

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