Algunos comportamientos no verbales como la sonrisa, el contacto visual y la postura corporal pueden no ser el factor principal que influya en el desempeño de una entrevista de trabajo, pero los estudios demuestran que pueden proporcionar una pequeña ventaja para un candidato sobre otro igualmente cualificado.
Existen publicaciones que afirman que, en general, cuando los solicitantes de empleo emiten altos niveles de conductas no verbales, las valoraciones de los entrevistadores son más positivas, presumiblemente porque estas conductas general un mayor afecto en los reclutadores. Este afecto positivo que se produce conlleva un efecto de halo (que consiste en generalizar a partir de una sola característica o cualidad, por ejemplo: si es guapo, seguro que es más listo y capaz) lo que lleva a maximizar la existencia de características positivas adicionales en el entrevistado.
Según esta investigación, concretamente, la sonrisa, el contacto visual y la postura corporal pueden influir en la consideración sobre los candidatos en una entrevista de trabajo.
La publicación sugiere que incluso cambios relativamente pequeños en los comportamientos no verbales pueden afectar a las calificaciones de un entrevistado, por ejemplo: un mayor porcentaje de tiempo dedicado a sonreír (31 % frente a 16 %) se asoció con valoraciones más altas de simpatía.
Además, los distintos tipos de comportamiento que resultan de las entrevistas en el contexto laboral presentan impactos diferentes entre hombres y mujeres.
Por ejemplo, las muestras de altos niveles de contacto visual de los hombres (63%) se asociaron con calificaciones más bajas de simpatía, mientras que las muestras de niveles similares de contacto visual de las mujeres (60%) se asociaron con calificaciones más altas de simpatía.
También se introduce otra variable: la postura. Demostrando que es más probable que cuando las personas muestran mucho contacto visual mientras están sentadas perfectamente erguidas, se las perciba como intimidantes, mientras que si muestran el mismo nivel de contacto visual en una posición más relajada, se las perciba como más interesadas y sinceras.
Este estudio también se destaca la importancia de los niveles de autocontrol de los entrevistados, es decir, el poder que tiene una persona de controlar sus propios gestos, de exagerar o de minimizar sus miradas y sonrisas, por ejemplo.
Pues bien, las personas con autocontrol alto fueron percibidas como menos ansiosas por los jueces, más competentes y más felices.
Por contra, las personas con autocontrol bajo pueden intentar presentarse con la mayor precisión posible para asegurarse de que solo sean contratados para puestos que sean " muy buenos". Esta estrategia solo les hará ganar el trabajo si existe un alto grado de congruencia entre su personalidad y valores y los requisitos del puesto.
Pero en este nivel también el género juega su papel. Los autores encontraron que las mujeres con un alto nivel de autocontrol mostraban un mayor contacto visual que los hombres con un alto nivel de autocontrol.
Cada vez más, vamos comprobando a través de la investigación cómo todo nuestro comportamiento influye a la hora de ser juzgados por los demás, sobre todo, en una entrevista de trabajo, en la que en muy poco tiempo hemos de demostrar que somos ese candidato que ellos buscan, y la preparación previa para ese momento será clave.
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