El martes, un grupo de simpatizantes del Foro de Acción Pensionistas de la localidad de Devon convocó una manifestación de solidaridad en la catedral de Exeter, a la que seguirán vigilias durante los días que Sylvia Hardy permanezca tras los barrotes.

La anciana, asistente social jubilada, fue condenada el lunes por un juez británico a una semana de arresto en la cárcel de Eastwood Park, en el condado de Gloucestershire, reservada normalmente a narcotraficantes, ladrones y prostitutas.

Hardy había pagando últimamente sus impuestos, pero limitándolos a la subida de la inflación, por lo que adeudaba la cantidad reclamada por las autoridades británicas. La mujer se quejó de que en los últimos diez años su impuesto municipal había aumentado un 50 por ciento.

Juez inconmovible

Impertérrito, el presidente del tribunal le dijo que si todo el mundo pagaba lo que considerara justo y nada más el país degeneraría en la anarquía. "Usted se considerará mártir, pero está equivocada. Usted es una mujer muy insensata", agregó el magistrado, mientras los partidarios de la anciana, que llenaban la sala, la vitoreaban, mostrándole su apoyo.

"Si pagamos ahora y (las autoridades) siguen aumentándonos los impuestos, llegará un día que no podamos pagar las facturas, y ¿ué calidad de vida es esa?", se preguntó.

El Foro de Acción de los Pensionistas de Devon anunció el martes que las vigilias de solidaridad con la anciana tendrán lugar de las diez de la mañana a las seis de la tarde mientras dure su detención.

Sylvia Hardy sufre problemas de espalda, y pidió la primera noche a los funcionarios de prisiones que le dieran píldoras para poder dormir. Según se supo, la anciana será puesta en libertad el próximo viernes, dos días antes de lo previsto, porque la cárcel donde se encuentra recluida no deja salir a ningún preso durante el fin de semana.