Borja Terán Periodista
OPINIÓN

Carme Elías y la naturalidad que desactiva estigmas

Carme Elías en 'La matemática del espejo'
Carme Elías en 'La matemática del espejo'
RTVE
Carme Elías en 'La matemática del espejo'

Carlos del Amor habla de Alzheimer con Carme Elías en su programa de La 2, La matemática del espejo: "Al, le llamas, ¿por qué llamarle como un amigo?", se cuestiona el periodista. "Porque tener enemigos no es bueno, sobre todo en según qué etapas de vida. Porque hay etapas que los enemigos te azuzan y te hacen mover el culito. Pero si convivo con él para qué llamarlo enemigo. No puedo pelearme con él". Elías responde con esta estimulante respuesta en una entrevista en donde no son importantes las respuestas. Lo relevante es la visibilización.

La visibilización de una realidad que, como tantas realidades, se enviaba a un perverso ostracismo que impedía sentirnos reconocidos. Mejor mirar para otro lado. Sálvese quien pueda. 

Y escuchando más que incidiendo, este capítulo de La matemática del espejo no es como otros. No ha bastado sólo con una entrevista de Carlos del Amor. El retrato enfoca cuatro formas de vivir la cuenta atrás del Alzheimer. Carme Elías, la paciente. Eduard Fernández, el hijo. Cristina Maragall, la cuidadora. Arcadi Navarro, el investigador. El espacio no es cuadriculado y demuestra la versatilidad suficiente para que la superficie espumosa no impida mirar los rincones que escriben la realidad más pura. Realidad plasmada con la fuerza del primer plano que transmite hasta cuando la persona a la que está grabando ya se ha ido de la sala.

La vulnerabilidad es el centro de la vida".

"Soy consciente de cómo va avanzando", repite Elías en más de una ocasión de esta charla en la que va y viene la emoción. Ella misma se justifica. Nunca he llorado en una entrevista, recalca como si fuera una debilidad. Venimos de una cultura en la que nos obligaban a ser héroes, valientes, perfectos. Una cultura de tragarse las lágrimas. La sensibilidad no estaba permitida, pues nos mostraba vulnerables. Como si no lo fuéramos, como si fuera malo. Cuando la vulnerabilidad es el centro de la vida. Y Carme Elías esta noche ha sido espejo de la vida. Sin las condescendencias que asfixian, simplemente con la naturalidad de compartir. Esa naturalidad que desactiva estigmas y consigue que muchos se sientan menos solos.

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