El A5 no va a quitarle su puesto al BMW

  • Del BMW nos convence su motor más equilibrado.
  • El Serie 3 es más deportivo y Audi es más recomendable como turismo.
  • El Audi, con su techo textil, es más elegante y práctico.
Imagen comparativa del Audi A5 3.0 TDI Cabrio y del BMW 330d Cabrio.
Imagen comparativa del Audi A5 3.0 TDI Cabrio y del BMW 330d Cabrio.
AUTOSCOUT24
Imagen comparativa del Audi A5 3.0 TDI Cabrio y del BMW 330d Cabrio.

El BMW Serie 3 descapotable es más que habitual entre las clases altas, siendo considerado todavía modelo de referencia a pesar de la competencia que acecha en el segmento de los grandes descapotables para cuatro personas. Pero los que aún hoy siguen siendo astros pueden quedar mañana totalmente fuera de juego, algo de lo que tampoco está a salvo el BMW. El mayor peligro acecha justo a las puertas de Múnich, en Ingolstadt, donde Audi ha fabricado un A5 descapotable con el que la gente VIP también puede dejarse ver.

Con la última y ágil generación de su Serie 3, BMW pide demasiado a su clientela. La decisión final de descartar la elegante capota blanda a favor de un techo metálico plegable no estuvo exenta de polémica. Por los cuatro cilindros de la sede de BMW debieron de oírse argumentos tales como que al Serie 3 le faltaba elegancia, resultaba demasiado pesado y tenía el trasero demasiado gordo, pero alguien adujo con vehemencia que al fin y al cabo lo que querían era fabricar un coche para gente selecta, y BMW puede jactarse de haber atraído con su techo duro a más clientes de los que ha espantado.

Por contra, en Ingolstadt se aferran a la capota de lona como la iglesia católica al papa, algo que no hace sino favorecer al A5 Cabrio, dado que el techo de tela confiere todavía más elegancia al Audi, que ya de por sí resulta más grácil, y el hecho de ser bicolor –se puede elegir entre tres colores de capota y 14 de carrocería- lo hace destacar entre tanta elegancia.
 
Audi, más práctico

La lona hace ganar aún más puntos al A5: el techo se pliega automáticamente en sólo 14 segundos y queda guardado en un compartimento que se oculta ocupando apenas 60 litros de la capacidad total del maletero (380 litros). En el BMW, el artificioso proceso de plegado de las tres piezas del techo dura 22 segundos, y el maletero queda reducido de 350 a 210 litros que quedan prácticamente inutilizables, ya que la abertura de carga queda limitada a una estrecha franja.
 
Además, en el BMW hay que bajar previamente la bandeja distribuidora del maletero, y el coche debe estar parado, mientras que el Audi se puede descapotar hasta a 50 km/h. Esto resulta especialmente útil al conducir por ciudad, y rápidamente se pierde el miedo a chaparrones inesperados. Y si algún defensor del BMW alega que el techo rígido es más silencioso en carretera, se le puede rebatir diciendo que el Audi no es menos silencioso y que además, si pagamos lo que vale el techo opcional con aislamiento acústico, no sólo tendremos un plafón de luces para la parte trasera, sino que será incluso más silencioso que el Serie 3.
 
Adiós a la gasolina

Si antes sólo un gasolina era digno de exhibición, ahora también se puede pasear con un diésel; pero, eso sí, tendrá que ser de seis cilindros. Ambos modelos ofrecen la posibilidad de equipar dicho motor, en V en el caso del Audi y en la acostumbrada distribución en línea para el BMW, que debería ser más silencioso en teoría, pero en la práctica esto influye poco en el nivel de ruido. De hecho, el Serie 3 a plena carga es más áspero y ruidoso que el silencioso A5.
 
Con sólo 5 CV de diferencia (240 el Audi y 245 el BMW) y 20 Nm de diferencia de par –también a favor del Serie 3, con sus 520 Nm–, la práctica igualdad de prestaciones no es ninguna sorpresa. Ambos fabricantes anuncian una aceleración de 0 a 100 en 6,4 segundos que, según nuestras mediciones, en ambos casos llevó sus buenos 7 segundos, pero el Serie 3 concede a su conductor un desarrollo de potencia uniforme, mientras que el Audi sorprende con la irrupción del turbo apenas superadas las 1500 vueltas.
 
Mejor precio para el BMW

Aunque los famosillos sigan descorchando botellas de champán, la economía no está tan desahogada como hace un par de años. Eso puede significar el fracaso del Audi, que con un precio de 56.700 euros supera al BMW en 1.300 euros, que no se ven compensados por un mayor equipamiento. Y tampoco por un menor consumo, porque el Audi gasta alrededor de los 8 litros, medio más que el BMW.
 
No se puede decir que ninguno de los dos traiga abundante equipamiento de serie; funciones tan cómodas como el asistente de aparcamiento, sensor de luz y lluvia y programador de velocidad se pagan aparte. De todas maneras, el Audi lleva un climatizador automático de serie que controla dos temperaturas: si viajamos sin capota en días fríos y subimos la temperatura, cuando cerramos la capota el sistema vuelve a la temperatura original. Aparte, Audi ofrece –a cambio de mucho dinero– toda una serie de asistentes que controlan todo tipo de situaciones, desde ángulos muertos hasta cambios de carril.
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