Los espías rusos están empleando 'barcos fantasma' para cartografiar parques eólicos marinos, conducciones de energía submarinas y cables de Internet para acometer misiones de sabotaje con explosivos. El programa marítimo secreto incluye el transporte civil y un plan de guerra bajo el agua para intentar aislar a Europa si el conflicto en Ucrania se extiende.

Estos 'barcos fantasma' del presidente ruso, Vladímir Putin, se hacen pasar por buques civiles y han sido avistados en presuntas misiones de espionaje frente a las costas de Dinamarca, Noruega, Finlandia y Suecia, de acuerdo con el periódico británico Mirror.

Se les ha apodado 'barcos fantasma' porque apagan sus transmisores del Sistema de Identificación Automática (AIS) para evitar ser detectados. Esta situación es similar a la de los aviones de guerra rusos, que a menudo no se identifican por el ruido emitido por sus equipos antes de ser perseguidos por los aviones Typhoon de la Real Fuerza Aérea británica (RAF).

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Cortar o volar los cables responsables de las comunicaciones en Europa podría tener consecuencias devastadoras para las actividades financieras con Estados Unidos, además de paralizar los mercados. Los objetivos están controlados por las agencias de espionaje de Moscú y su Dirección Principal de Investigación Submarina (GUGI), según fuentes citadas por el diario Mirror.

Los 'barcos fantasma' fueron inicialmente detectados por el grupo de comunicación danés DR después de que uno de sus redactores fuera apercibido por un hombre armado al aproximarse a los buques.

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En caso de que la guerra traspase las fronteras de Ucrania, los submarinos rusos volarían buena parte de los enlaces nórdicos para paralizar el suministro de petróleo y gas o las comunicaciones por Internet.

El objetivo sería paralizar las sociedades e interrumpir las cadenas de suministro para los civiles, al tiempo que se crea el caos en paralelo a las operaciones militares, según las fuentes mencionadas por el diario británico.