El Gobierno exhuma este lunes los restos del fundador de Falange, José Antonio Primo de Rivera, de su tumba en la basílica del Valle de los Caídos para cumplir con la nueva Ley de Memoria Democrática, que contempla expresamente la "reubicación de cualquier resto mortal que ocupe un lugar preeminente en el recinto".

Pero el cadáver de Primo de Rivera no se ha quedado en un sitio "no preeminente" del Valle de los Caídos, rebautizado por el Gobierno como Valle de Cuelgamuros, sino que ha sido trasladado hasta Madrid para volver a ser enterrado en el cementerio de San Isidro, en el distrito de Carabanchel.

La razón es que la ley "reconoce el derecho de los familiares a recuperar los restos de sus ascendientes" y especifica que "se atenderán las reclamaciones y peticiones de los familiares que tengan por objeto instar la exhumación y entrega de los restos de las víctimas inhumadas en el Valle de Cuelgamuros", por lo que son los familiares quienes deciden en primera instancia dónde dar sepultura a los restos de la persona exhumada.

En este caso, los familiares de Primo de Rivera han elegido el cementerio de San Isidro, en el que descansan personajes ilustres como Ortega y Gasset, Antonio Maura o Emilio Castelar, para cumplir así con la voluntad del fundador de Falange, que en su testamento dejó escrito su deseo de ser enterrado "conforme al rito de la religión católica, apostólica, romana, que profeso en tierra bendita y bajo el amparo de la Santa Cruz".

La familia se acoge al texto de la propia ley, que reconoce "el debido respeto en todo momento al derecho a la intimidad, la dignidad, las convicciones éticas, filosóficas, culturales o religiosas de la víctima que sean conocidas por sus familiares".

Quién fue Primo de Rivera y cómo murió

Esa última voluntad de Primo de Rivera no se habría cumplido en caso de volver a ser inhumado en el rebautizado Cuelgamuros porque la nueva ley determina que "las criptas adyacentes a la basílica y los enterramientos existentes en la misma tienen el carácter de cementerio civil".

El Gobierno, no obstante, ha dado su visto bueno al lugar elegido por la familia, ya que tiene potestad para rechazarlo, como hizo con la exhumación de Francisco Franco, en octubre de 2019. Entonces, la familia del dictador eligió la cripta de la catedral de La Almudena, pero el Ejecutivo de Pedro Sánchez se negó y sus restos fueron inhumados finalmente en el cementerio de Mingorrubio, en El Pardo.

La familia de Primo de Rivera solicitó su exhumación

La exhumación de Primo de Rivera se realiza a petición de la propia familia, que lo solicitó el pasado mes de octubre al abad del Valle de los Caídos y a la Consejería de Salud de la Comunidad de Madrid, adelantándose así al Gobierno, que iba a anunciar de forma inminente su exhumación.

La familia puso como condición que el Gobierno se hiciera cargo de todos los gastos y que el traslado de los restos se hiciera "en la más estricta intimidad". Dio ese paso alegando que la nueva Ley de Memoria Democrática dotaba a Cuelgamuros de carácter civil, motivo por el que pretendían trasladar sus retos "a un cementerio sagrado de acuerdo con el rito católico".

El día de su cumpleaños y a un mes de las elecciones

Sorprende la fecha elegida por el Gobierno, mediante un acuerdo con la familia, para exhumar los restos de Primo de Rivera, este lunes 24 de abril, ya que coincide con el 120 aniversario del nacimiento del líder falangista. La ceremonia tiene un significado especial para sus familiares, al coincidir con el día de su nacimiento y también para nostálgicos del régimen.

Solo han acudido al acto de exhumación sus familiares más directos y la ceremonia se ha desarrollado en la intimidad, lejos del mediático traslado de los restos de Franco en 2019.

Asimismo, la exhumación de Primo de Rivera tiene lugar 34 días antes de las elecciones autonómicas y municipales del próximo 28 de mayo, una característica que se repitió en la exhumación de Franco, que también se produjo en un periodo preelectoral, solo 17 días antes de las elecciones generales de noviembre de 2019.