Dos mayores de barrio recuperan con una 'app' el intercambio de libros entre vecinos

Proyecto de intercambio de libros.
Proyecto de intercambio de libros.
20minutos
Proyecto de intercambio de libros.

Una mañana de noviembre, mientras paseaba por un parque del barrio de Aravaca, en el noroeste de Madrid, una mujer encontró se encontró un libro solitario encima de una mesa. Cogió su móvil, hizo una foto y la compartió en una app en la que participan cientos de vecinos del barrio.

"Puso que alguien se había dejado un libro, por si el dueño lo veía, pero una vecina respondió que, seguramente, había sido alguien que hubiera viajado desde el extranjero, donde era costumbre dejar un libro para que alguien lo cogiera y dejase otro", rememora Daniel Ribao, un maestro jubilado que ahora tiene 73 años, nacido en Ourense, pero vecino de Madrid desde hace 55 años.

Hijo de carpintero, para Ribao el oficio de su padre ha sido siempre su gran afición. Ese libro desamparado y sometido a las inclemencias del otoño madrileño no lo había perdido nadie, así que, en vista de que pudiera quedarse allí un tiempo, el maestro jubilado decidió darle un refugio. Así nació la "casita de los libros" de Aravaca.

"Es verdad que alguna vez la gente no deja un libro, deja una cerveza, a veces a medias… pero no ha sido vandalizado", declara Ribao, que, tras la tala del árbol donde colocó originariamente la casita, la trasladó él mismo con su carretilla al huerto urbano de la asociación vecinal en la que participa. Desde entonces, la casita no ha dejado de tener siempre 60 u 80 libros que se van renovando completamente cada dos o tres semanas.

"La historia es fomentar la lectura y ayudar a quien quiera deshacerse de un libro de su casa para que el libro tenga una larga vida y vaya pasando de mano en mano", explica Ribao. "Ha habido libros en alemán, en ruso, fotográficos… y se ve que son libros de deshecho, pero, en vez de tirarlo la gente a la basura, cree que merece la pena que alguien lo coja".

fotografo: Jorge Paris Hernandez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Intercambio libros. Daniel Ribao
Daniel Ribao posa junto a la casita que fabricó para el intercambio de libros entre los vecinos de Aravaca.
Jorge París

Una plaza de barrio digital

La app que conecta a los vecinos de Aravaca y que sirvió a Ribao para entender qué hacía el libro que inició todo abandonado en una mesa de un parque se llama Nextdoor. Esta plataforma se define como "un reflejo online de las comunidades y barrios que existen en la realidad". Tras aterrizar en España en 2018, ya tiene presencia en casi todo el país, especialmente en las dos grandes ciudades, Madrid y Barcelona, donde tiene usuarios en el 100% de los barrios.

¿Qué es Nextdoor? Katherine Villegas, la city manager de Nextdoor en Madrid la define como "una plataforma que busca conectar a los vecinos entre ellos". El funcionamiento es simple. El usuario abre un perfil gratuito como el de cualquier red social, pero debe indicar su dirección y la app le introducirá directamente en la comunidad de usuarios de su barrio.

Pantallazo de la 'app' Nextdoor, que pone en contacto a vecinos de un mismo barrio en todas las ciudades de España.
Pantallazo de la 'app' Nextdoor, que pone en contacto a vecinos de un mismo barrio en todas las ciudades de España.
Nextdoor

"En el momento en el que accedes, te damos acceso a tu barrio y ahí puedes acceder a publicar o leer recomendaciones para ver lo que se hace en el barrio. La idea es tener una plataforma donde los vecinos entren y puedan encontrar todo lo que hay en el barrio, es como la plaza del barrio de antaño, pero de forma digital", explica Villegas. "Luego, hay grupos de lectura, de intercambio de libros, lectura online de intercambio de idiomas… cualquier grupo para gente con un interés en común y cualquiera de la ciudad se puede unir y compartir".

La casa familiar a disposición de los vecinos

La plataforma digital está permitiendo, curiosamente, recuperar tradiciones casi perdidas como el intercambio de libros entre vecinos del barrio. Algunas iniciativas, como la de la casita de los libros de Ribao, nacen fuera de la app y esta sirve para potenciarlas. En otros casos, es directamente Nextdoor quien propone a los usuarios que comiencen una determinada actividad.

Este fue el caso de otra iniciativa de intercambio de libros que nació en la antigua vivienda familiar de Javier Martínez, reconvertida por él mismo en un centro cívico para sus vecinos del barrio madrileño de la Concepción, en el distrito de Ciudad Lineal.

Martínez, un directivo de una multinacional de ingeniería de 67 años, decidió comprar la enorme vivienda que había construido su padre en los años 50. Tuvo que afrontar una ingente reforma, porque la casa familiar estaba, en sus palabras, "muy destartalada", pero el resultado ha sido impresionante.

La amplísima planta baja de unos 600 metros cuadrados, que hacía las veces de nave para el aparcamiento y mantenimiento de la flota de camiones de la empresa de su padre, se ha convertido ahora en un centro cívico a disposición de los vecinos del barrio. El espacio acoge un auditorio, aulas, una sala de grabación, una biblioteca y hasta un rocódromo. En las dos plantas superiores, se han establecido nueve apartamentos en alquiler social para refugiados sirios y ucranianos.

fotografo: Jorge Paris Hernandez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Testimonio Intercambio libros. Javier Martínez. Zigia28
Javier Martínez posa en el auditorio del centro cívico que ha creado en la antigua casa de su familai en el barrio de la Concepción, Madrid.  
Jorge París

El centro cívico estuvo listo para su estreno en junio del año pasado, cuando se estaba celebrando la Feria del Libro en la capital así que Javier decidió organizar un "miniferia" con escritores del barrio para que presentaran sus obras. Nextdoor apoyó el eventó y, ante el éxito de afluencia, la propia plataforma le propuso establecer un rincón físico de intercambio de libros con obras que le donaran los autores participantes en la feria. Desde entonces, una pequeña estantería con libros ha albergado esta iniciativa con gran éxito.

"Cuando éramos pequeños así se cambiaban los tebeos", declara Martínez. "La gente viene con un libro, lo deja y se lleva otro y así hay movimiento continuo. Siempre hay el mismo número de libros, pero siempre son distintos. Nosotros cedimos el espacio y Nextdoor nos dio la idea y el apoyo inicial y así funciona".

La participación va por épocas, admite Martínez. En invierno aumenta la afluencia de vecinos y, con la llegada del buen tiempo, cae. A pesar de todo, el balance es bueno y, según estima el ingeniero, una vez al mes se renuevan por completo los 60 libros de la estantería y los vecinos están actuando cívicamente sin necesidad de ninguna vigilancia.

"Para nosotros el ideal sería que la gente cogiese el libro y se lo leyese aquí, que se quedase leyendo para luego charlar comentar y eso de momento todavía no", admite Martínez. "A mi lo que me gustaría es que, al menos, una parte del tiempo en el que leen ese libro se lo lean aquí y que esto se convierta un poco en una plaza de pueblo pero climatizada". 

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