El imán de Getafe acusado de enaltecimiento del terrorismo y autoadoctrinamiento yihadista niega apoyar al Dáesh

  • Ha dicho que visitó páginas de contenido islámico y propaganda yihadista para preparar el sermón de los viernes.
  • La Fiscalía pide ocho años de prisión y seis de libertad vigilada.
La Audiencia Nacional asume finalmente la investigación del naufragio del Villa de Pitanxo
Audiencia Nacional. 
© Alejandro Martínez Vélez
La Audiencia Nacional asume finalmente la investigación del naufragio del Villa de Pitanxo

Un imán que trabajaba en una mezquita de Getafe (Madrid) ha negado este miércoles en un juicio en la Audiencia Nacional que tuviera relación con Dáesh o con retornados de Siria, o que se alegrara de sus atentados en las redes, y ha justificado sus visitas a páginas de contenido islámico en la elaboración del sermón de los viernes.

También ha sugerido que agentes encubiertos forzaron esta causa contra él y que uno de ellos le vendió tres meses antes de su detención, en diciembre de 2020, los cuatro terminales móviles -un iPhone y tres Samsung- que le fueron intervenidos y en los que se encontró contenido y propaganda yihadista.

El acusado, Bilal J., de nacionalidad marroquí y que llegó a España en 2018 -solo estuvo en Almería y Madrid, según ha declarado-, se enfrenta a ocho años de prisión y seis de libertad vigilada por autoadoctrinamiento yihadista y enaltecimiento del terrorismo.

La Fiscalía, que ha elevado a definitivas sus conclusiones provisionales tras renunciar a la comparecencia del agente encubierto que intervino en esta causa, le acusa de "adoctrinar a terceros" y de utilizar las redes sociales para difundir contenido "radical" y justificar atentados, entre ellos el de un profesor decapitado en Francia.

Él lo ha negado todo. "Yo no me alegraba ni justificaba atentados. Es falso que yo buscara información para hacer atentados", "no puedo aceptarlo", ha enfatizado para defenderse de las acusaciones del fiscal.

Ha rechazado tener relación con Dáesh o con retornados de Siria por la ruta de los Balcanes, como uno con el que habría tenido un encuentro en Barcelona, Mousa El Morabit, detenido en diciembre de 2018 en España y extraditado a Marruecos, donde declaró haber tenido un encuentro ese mismo año con el acusado en la Ciudad Condal.

"Nunca he estado en Barcelona", ha respondido tajante a preguntas de su abogado, al único al que ha aceptado responder, como ha querido dejar claro cuando el fiscal ha comenzado con su interrogatorio.

"No me has preguntado si quiero responder", le ha reprochado el acusado en ese momento al representante del Ministerio Público, lo que ha obligado a intervenir al presidente del tribunal, Alfonso Guevara, para recordarle que tenía derecho a no declarar. "Si quiere contesta y si no, no contesta, pero no tiene que decir 'no me has preguntado...'".

El acusado ha seguido insistiendo y ya Guevara le ha tenido que llamar al orden: "Usted no dirige el juicio aunque se haga el listo". Finalmente su abogado ha comenzado el interrogatorio y le ha preguntado por las imágenes de propaganda yihadista que supuestamente compartía con terceros.

"Descargas involuntarias"

Lo ha justificado diciendo que fueron descargas involuntarias cuando entraba en grupos de Telegram y WhatsApp para aprender del islam, rezar o para elaborar el sermón de los viernes. En esos grupos, ha dicho, "todos envían de todo" y esas fotos "entran automáticamente en la memoria del teléfono".

En cuanto al resto de las pruebas contra él se ha quejado de que la Policía le enviaba "mucha gente por la mezquita".

"Una persona me preguntaba por cabecillas del terrorismo. Yo, si no conozco ¿qué hago?... me pongo a buscarlo en Google", ha relatado y ha asegurado que diariamente el agente encubierto le insistía en que se abriera una cuenta en Facebook o que le acompañara a Barcelona.

"Me decía que teníamos que ir a Barcelona o a zona de conflicto, y yo me negaba. Lo hacían para ver cómo respondo", ha observado.

Más de 400 archivos

Los agentes que han intervenido en la investigación han expuesto después todos los pasos que llevaron a detectar a este presunto colaborador del Dáesh, cuyo nombre de usuario en Facebook era Bilal Dáesh, identidad que el acusado también ha negado que fuera suya pero que fue determinante para localizarle.

En los dispositivos que le fueron intervenidos se encontraron más de 400 archivos con todo tipo de cánticos yihadistas que se usan como arenga para la lucha, así como numerosos vídeos de decapitaciones o referencia e instrucciones para lobos solitarios, han explicado los investigadores.

Tras escucharles, el fiscal ha sostenido que todos estos indicios expuestos prueban el autoadoctrinamiento y la exaltación del terrorismo, por lo que reclamaba una sentencia condenatoria.

La defensa, por su parte, ha pedido la absolución al no quedar probadas las principales acusaciones, y ha destacado que los agentes no han podido corroborar la existencia de ese encuentro con El Morabit, alegando que era "muy difícil sin saber cuándo se produjo", ni tampoco su vinculación con la ruta de los Balcanes para retornados de Siria.

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