Una joven pincha en Google y teclea Fundación Anar, una organización sin ánimo de lucro que ayuda a niños/as y adolescentes en riesgo. Dentro de la web pincha en el servicio de videointerpretación en Lengua de Signos Española. Responde en formato vídeo una intérprete de lengua de signos que le anuncia que la acompañará durante todo el proceso. La intérprete llama por teléfono a la profesional de Anar, le dice que está llamando una persona sorda y que ella interpretará en lengua de signos todo lo que tenga que decir. Gracias a este servicio, la joven puede contar a Anar que su sobrino está sufriendo bullying en el colegio y necesita ayuda para enfrentarse a esta situación. Esto es solo una demo que muestra lo que es una realidad desde finales de marzo.
Respuesta inmediata a cualquier problema que pueda afectar a un menor de edad: dificultades de relación, violencia en sus diferentes formas o problemas psicológicos. Esto es lo que hace el Teléfono Anar de la fundación del mismo nombre. El menor contacta con Anar de manera gratuita y confidencial y es atendido por un psicólogo que le orientará para encontrar una solución. Esto no es nada nuevo, en 2021 el teléfono Anar atendió 251.118 llamadas. La novedad está en que ahora este servicio es accesible para personas sordas. El objetivo es facilitar el acceso a los menores sordos y también a los adultos sordos al teléfono de Anar.
El programa incluye el mutuo asesoramiento entre los equipos de ambas entidades
“Esto es gracias a la plataforma de videointerpretación en legua de signos SVIsual de la Fundación CNSE”, explica Concha Díaz, directora general de esta fundación. “El programa incluye también el mutuo asesoramiento entre los equipos profesionales de ambas entidades para que la atención al colectivo de personas sordas parta de un buen conocimiento de su realidad”.
Concha recupera datos del INE, en España hay 1.230.000 personas sordas, de las que 3.400 son niños de entre 2 y 5 años, 5.300 tienen entre 6 y 15 años y 12.400 entre 16 y 24. “A toda esta población va destinada el servicio SVIsual”, añade Concha.
Para hacer uso del servicio de videointerpretación hay que tener un dispositivo y un navegador compatibles con la tecnología WebRTC. También hay que tener cámara y micrófono en el dispositivo que se vaya a usar. Comprobados estos detalles técnicos, dentro de la web de Anar hay un enlace desde el que se accede directamente al servicio. Una vez pulsado el botón verde de llamada la persona solo tendrá que esperar a ser atendida por un videointérprete en lengua de signos.
Al mismo tiempo se instala el canal de chat para tener también la opción de una conversación en tiempo real con el videointérprete. La persona elige cómo quiere comunicarse con el videointérprete, por este motivo existen también las opciones de lengua oral y lectura labial.
“Las personas sordas conformamos un colectivo diverso en cuanto a formas preferentes de comunicación, por lo que una atención que pretenda adaptarse a las necesidades comunicativas del colectivo debe ser ambiciosa e incluirlo todo, desde la lengua de signos hasta el uso de textos escritos”, defiende Concha. Al igual que el teléfono Anar existente hasta ahora, este servicio accesible para personas sordas es también seguro, gratuito y está disponible a cualquier hora del día todos los días.
“Cuando hacemos accesible con SVIsual un teléfono o cualquier servicio de atención a la ciudadanía lo que pretendemos es que las personas sordas, ante la necesidad de hacer una llamada o realizar una gestión, lo puedan hacer con total autonomía en cualquier momento y circunstancia”, cuenta Concha.
SVIsual existe desde 2009 y desde entonces se han realizado casi un millón de servicios de videointerpretación: en 2022, por ejemplo, se realizaron 157.670 en España. “Cada año constatamos el incremento del uso que las personas sordas hacen de SVIsual para acceder a teléfonos de emergencia y de cuerpos de seguridad del Estado”, añade Concha.
El servicio accesible con la herramienta SVIsual también está disponible en el 016, 091, 062 y 112, entre otros. Por otro lado, CNSE tiene también el servicio Alba, de atención específica a mujeres sordas víctimas de violencia de género; un programa de atención a la población reclusa sorda que incluye atención psicológica, y Vidasor, de atención a personas mayores sordas.
Detrás de un menor con problemas hay un adulto que necesita ser orientado
En el caso de Anar, el servicio de videointerpretación posibilita a las personas sordas acceder a sus equipos de orientación, psicología, social y jurídico, además de a los recursos sociales, educativos, sanitarios, jurídicos y de emergencias necesarios en cada caso. Los adultos sordos también tienen a su disposición este servicio. “No olvidemos que también son madres, padres o profesionales educativos que podrán necesitar en algún momento orientación, ayuda, ante casos de violencia machista en menores, desapariciones, acoso escolar, divorcios, etc. Como dice Fundación Anar, detrás de un menor con problemas hay un adulto que necesita ser orientado”.
El trabajo de Anar tiene como pilares la prevención, protección y seguridad de los menores. Las necesidades de los menores sordos son las mismas que las de los menores que no lo son, con el añadido del “habitual desconocimiento acerca de lo que es la sordera y la necesidad de accesibilidad y adaptación de los recursos y servicios que existen”, dice Concha.
La clave es garantizar el bienestar de los menores y “sin accesibilidad no hay inclusión. Para las personas sordas garantizar la accesibilidad lingüística, a la información y la comunicación es el vehículo para el ejercicio de todos los demás derechos”, concluye Concha.
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