"¿Viene para una noche loca? Manténgase alejado": el mensaje de Ámsterdam para espantar al turista de sexo y borrachera

This is a picture of some windows at the red light district in Amsterdam, the Netherlands. On that day all the sex workers are away which provides an excellent opportunity for a photo.
El Barrio Rojo de Ámsterdam.
Getty Images
This is a picture of some windows at the red light district in Amsterdam, the Netherlands. On that day all the sex workers are away which provides an excellent opportunity for a photo.

Ámsterdam recibió 22 millones de turistas en 2019, una cifra similar a la que estiman para 2024, cuando la pandemia del coronavirus haya quedado en el pasado. Su carácter abierto y cosmopolita concita a muchos visitantes, que, en el caso de los más jóvenes, en ocasiones abusan de su tolerancia con la drogas blandas o la legalización de la prostitución en el famoso Distrito Rojo desde el año 2000. Hasta que el Ayuntamiento de la capital de Países Bajos ha dicho basta. Con un conjunto de medidas, acompañadas de videos y mensajes publicitarios se proponen echar el freno a este tipo de turismo de borrachera. Su eslogan lo resume: "¿Viene para una noche loca? Manténgase alejado". 

En febrero el Ayuntamiento de Ámsterdam ya prohibió el consumo de marihuana en espacios públicos a partir de mediados de mayo. A lo que ahora se suman otras iniciativas como controlar las despedidas de soltero y los paseos organizados de bar en bar; restringir los cruceros por los canales o adelantar la hora de cierre de locales de ocio en algunos barrios. Un plan de choque dirigido expresamente a los jóvenes británicos 18 a 35 años que viajan únicamente en busca de fiesta.

"Los visitantes seguirán siendo bienvenidos, pero no si muestran un mal comportamiento o provocan ruido. En este caso, la ciudad dice: mejor que no vengas", ha advertido Sofyan Mbarki, teniente de alcalde y encargado de asuntos económicos y del centro de Ámsterdam. Junto al mensaje han publicado varios vídeos donde aparecen jóvenes tambaleándose por las calles, esposados por la policía o bajo el efecto de las drogas mientras se los lleva una ambulancia al hospital.

Como ocurre en las Islas Baleares, durante los últimos años, las quejas vecinales en Ámsterdam han crecido considerablemente por los turistas británicos borrachos que orinan en público, vomitan en los famosos canales de la ciudad, se desnudan o se pelean. 

"Tenemos que hacer más en los próximos años si queremos ofrecer al turismo un lugar sostenible (…), si queremos que nuestra ciudad siga siendo habitable tenemos que optar por restricciones ahora en lugar de un crecimiento irresponsable", concluía Mbarki.

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