Entrevista

Antonio Carmona: "Si todo el mundo hace una cosa, yo tiro por otra"

Antonio Carmona posa para su entrevista con 20Minutos.
Antonio Carmona posa para su entrevista con 20Minutos.
José González 
Antonio Carmona posa para su entrevista con 20Minutos.

El cantante Antonio Carmona está inmerso en la creación de un documental que recorrerá los diferentes pueblos gitanos de Europa, sus músicas y sus gastronomías. Con motivo de su ostentación del cargo de embajador del nuevo Citroën C5X hablamos con él en el estudio Mercalab sobre su cultura, sus recuerdos, el flamenco y sobre la última canción que ha compuesto.

Háblenos, por favor, de este single nuevo…Es un single que se llama El punto sobre la i y es un tema que he escrito con Benjamín Prado. La pandemia me hizo hacerme amigo de quienes no lo era (risas), porque continuamente nos estábamos llamando, "oye, qué tal, cómo vas por ahí". Con Benjamín siempre he tenido una relación de admiración mutua y decidimos hacer este tema, que es un bolero, pero un bolero escrito de una manera muy especial, con mucha ternura pero también con mucha fuerza.

¿Cómo se hace para sentir una letra que ha escrito otra persona, aunque usted la haya musicalizado?Eso se me da bien. He hecho en muchas cosas con Lorca, tú sabes que soy de Granada, y con mucha gente, para mí es fácil. Yo soy más músico que letrista y por eso tiro de los recursos de los escritores, he escrito con Jorge Drexler y con mucha gente. Los Habichuela solemos ser más músicos que letristas. En este caso me ha puesto al servicio de una letra que es maravillosa, que está súper bien escrita y que no es una ñoñería, porque un bolero te puede quedar dulzón. Pero no, es un bolero, pero actualizado.

Y aún así, los temas o las letras de las canciones que canta, ¿reflejan los temas que le preocupan o que le llenan?Intento sacar un trozo de Antonio Carmona, de lo que me sucede en el día a día, sobre todo me pongo en la otra persona que tengo enfrente. Me gusta siempre tener una visión, no la mía, sino la que tiene la otra persona, tanto si tiene alegría, como si tiene fatiga.

¿Son la cara y la cruz del flamenco?En el flamenco, por ejemplo la bulería es de mucha alegría, muy jubilosa, pero luego tiene la pena y el sufrimiento del pueblo gitano, que está reflejado ahí. Yo intento yo intento sacar en las canciones ambas cosas, como en No estamos locos o Vente pa Madrid, que son alegres, pero también está Problema, que es una balada. Intento jugar con las dos cosas.

Ha hablado de que la fatiga es importante para componer, ¿es más fácil hacer música desde ahí o también se puede desde la abundancia?Bueno, el pueblo gitano ha tenido siempre carencia de muchas cosas. Ahora yo no sabía escribir con fatigas, porque no las tengo, gracias a Dios vivo muy bien. Pero cuando empezaba, en los inicios, cuando me fui de casa, tenía que quedarme a dormir con cuatro tíos que no conocía de nada en habitación y tocar en bares. Y me tocaba aguantar a gente que luego ni te pagaba. Recuerdo un tío que me dijo "oye, quédate aquí tocando". Estuve toda la noche tocando y el tío se pilló una borrachera y cuando se despertó me dijo "yo no te he contratado a ti". Yo tenía 16 años. Ese tipo de fatiga te condiciona y hace que te des cuenta de que es una bendición el ser músico o artista y el poder expresarse y poder vivir como vivo ahora.

Antonio Carmona, durante la entrevista.
Antonio Carmona, durante la entrevista.
José González 

¿Qué echa de menos de esos tiempos de tablaos y de trasnoches?Echo de menos a esos artistas, cómo eran. Me acuerdo de que venían Las Grecas y venían en un Porche, las dos con unos abrigos de la hostia. Y luego aparecían Lola Flores y el Pescaílla, Manzanita... todos muy bien vestidos, con ese glamour que había. Los echo de menos porque es como me he criado, en esa faceta donde he visto el flamenco más puro, pero luego he visto también el rock que hacían Las Grecas o lo que hacía Lola Flores. Echo mucho de menos a los personajes y los músicos, esas personalidades que había eran brutales.

¿Los artistas gitanos han sido referentes e integradores de la cultura gitana en la sociedad?¡Hombre! Mira lo que está haciendo ahora Israel Fernández, mira los vídeos que saca, donde se ven los sitios más pobres que hay. Es un defensor de nuestra cultura y de nuestra de nuestra música. Yo colaboro muchas veces con colegios gitanos donde de voy y doy una charla y si se portan bien, hago una videoconferencia con la Niña Pastori y se ponen todos a gritar (risas). Eso tú no sabes la alegría que es para ellos, la alegría que es para ellos. Algunos vienen de padres que están mal, que están locos o desahuciados, o de gente que se ha muerto.

Es una forma de aportar, ¿no?Ponerte al servicio de todo este tipo de cosas te dan mucho para saber que somos humanos y que tenemos que unirnos y que la cultura nuestra todavía tiene muchas cosas que decir. Creo que que ahora el flamenco está teniendo un momento buenísimo y hay cantaores que me encantan, y guitarristas y gente que da un paso al frente y hacen cosas preciosas.

¿Ha mejorado la aceptación de la sociedad hacia la cultura gitana en los últimos años?Totalmente. Antes no nos dejaban entrar en las discotecas y ahora sí y hasta te ponen la alfombra roja. Creo que la gente se está dando cuenta de que somos un pueblo que dice mucho a la hora de expresar a través de una guitarra, de un cante o de un baile. Creo que eso es fundamental para que conozcan un poco más nuestra cultura.

En su día usted fue pionero del flamenco fusión, ¿recibía muchas críticas?Muchas y todavía las tengo. Yo di ese paso de hacer flamenco fusionado por mi padre, Juan el Habichuela, porque se iba de gira por América y traía discos de la Fania All-Stars de Rubén Blades… y de ahí la vena mía latina. Ya cambié vi que se estaba poniendo de moda todo lo latino y yo me fui para otro lado, eso es muy típico mio.

¿Ir contra corriente?Cuando veo que todo el mundo hace una cosa, yo me tiro por otra. A mí no me gusta ser uno más, yo pienso que tengo mi personalidad. Te puede gustar más Antonio Carmona o no, pero tengo mi personalidad. Pero gracias a mi padre y a esos discos hice esa fusión latina y me dice mi hueco y fue una locura. Pasamos de vender 1.000 copias a vender un millón en los tiempos en los se vendían los discos, no sabes lo que era, una locura.

Viene de muchas generaciones de músicos, ¿alguna vez se le cruzó otra profesión?Fíjate que me gustaba mecánico… me gustan mucho los coches, los motores… ahora me quieren montar los de Citröen en un rally. Yo creo que es otra experiencia como el poder haber cantado. A lo mejor me hubiera dedicado a la mecánica, sí.

¿Qué tiene el flamenco que es tan versátil?Los flamencos que hacemos música urbana nos estamos volviendo importantes. Estamos pillando en el mundo entero un sitio dentro en la música urbana que dentro de nada vas a ver lo que vamos a ser y lo que ya estamos siendo. En la música urbana, en cuanto entra un flamenco ya lo hace suyo y lo hace personal y le pone su sello. Tenemos ese sello y tenemos una cultura milenaria donde se ven las cosas diferentes.

¿Podría ser el contraataque a las músicas latinas, que ahora lo copan todo?Ahora estamos latinizados totalmente, pero es que yo estaba latinizado cuando tenía 15 años. Tuve visión y lo vi como una oportunidad. Sí que es verdad que ahora España se está volviendo un país muy abierto y recibimos gente de todos lados y eso es buenísimo para nuestras músicas y nuestra cultura.
Hice los dos discos que se llaman Songhai, con Toumani Diabaté, que son maravillosos. Y eso fue gracias a que un tipo vino a España en los 80 a tocar la kora y de ahí saqué los discos. Yo creo en el rollo multicultural, para que podamos seguir investigando y enriqueciendo nuestras raíces.

Háblenos del documental que va a grabar…El documental lo he terminado de escribir y se trata de acercar el pueblo gitano, sus costumbres, su música y su versatilidad. En la música no tienen nada que ver los franceses con los rumanos. Entre los gitanos de toda Europa cada uno tiene un sello y una cosa musical distinta. Mostrar eso para mí es enriquecedor, como la lengua que tenemos nosotros, que se llama Romaní. Me gusta enriquecer a mi cultura y me encanta que los gitanos tengamos un valor, porque creo que hacemos mucho por la música.

Antes se medía el valor de un músico por los discos vendidos, ¿de qué presume ahora un artista?Yo roneo de Spotify, tengo muy buenos números en Spotify, estoy entre los 100 más escuchados de los españoles y hace que no saco disco 5 años. Pero sigo de gira y me va de puta madre. Pero cuando llegas al Spotify es cuando la gente te empieza a respetar, cuando ve cuando ve cuánta gente te oye al cabo del día.

¿Es justo eso, que se valore por números?Lo que no es justo es lo que nos llevamos nosotros y lo que se lleva la discográfica (risas). Nosotros estamos metiendo la música, el saber, el contenido y la parte de ellos es más grande, creo que está mal repartido.

¿Tiene visos de cambiar?No tengo ni idea de hacia qué derroteros irá la música. Lo que sí creo es en el directo, que es la manera de tener a la gente en el corazón y que siga todavía emocionándose cuando te subes al escenario, ya sean cien, ciento cincuenta o quinientos, los que sean, a mí ya me merece la pena el ponerme, pillar mi guitarra y ponerme a cantar para ellos.

¿Recuerda la primera vez que se sintió artista en un escenario?Pues sí, me acuerdo, fue en un homenaje a Rodri, que tú sabes que yo soy del Atleti y él era el portero, que ya se retiró. Y entonces de repente nos llamaron a mí y a un grupo que tenía que se llamaba Raza. Nos fuimos los cuatro allí a tocar y yo tenía 11 años. Fueron los 20 minutos más felices de mi vida, aunque no cobré, porque se lo llevaron todos mis primos (risas). 

Mostrar comentarios

Códigos Descuento