Costumbrismo Digital por Juan Luis Saldaña

Foco, foco, foco. Lo repiten sin parar. El éxito está en enfocarse en una sola dirección. Dejar los sueños y los pájaros de la cabeza y dedicar todo el tiempo a un objetivo. A eso lo llaman foco y parece que es el mejor camino hacia el triunfo. Citan a Steve Jobs, a Bill Gates y a los monstruos de siempre. Hablan de la famosa productividad y muestran estudios en los que el enfocado es más eficaz.

La especialización excesiva los convierte en ignorantes del resto del mundo. Son muy buenos en lo suyo, pero no saben nada del resto. Son fácilmente manipulables, han olvidado el humanismo. Eran los que mejores notas sacaban en su clase y los profesores, sin dudarlo un segundo, los mandaron a estudiar carreras de ciencias. Como eres listo, serás un buen ingeniero.

Eran los que mejores notas sacaban en su clase y los profesores, sin dudarlo un segundo, los mandaron a estudiar carreras de ciencias.

Estudiaron ingeniería y ahora, cuando te los encuentras por la calle, te explican que son los jefes de una planta de fabricación de componentes para coches y que su responsabilidad es el botoncito ese que hace que suba la ventana. Es, sin duda, un trabajo digno y honorable, estará muy bien pagado, pero no sé si enfocarse en eso era la máxima aspiración del más listo de la clase.

Los médicos son otro ejemplo claro de especialización forzosa y no siempre rentable. Fueron hasta hace menos de un siglo los primeros humanistas. Cercanos, admirables, abnegados, cultos, sabios, buenos consejeros, certeros oradores y grandes escritores. Eran patrimonio exclusivo de cada pueblo y de cada ciudad. Ahora, en cambio, con algunas excepciones, son especialistas que trabajan en cadenas de montaje humanas bien pagadas y que, aunque podrían hablar, prefieren no hacerlo casi nunca.

Mientras tanto, los que dirigen el cotarro son los que sacaban un seis y medio en el colegio, los que no terminaron la carrera o lo hicieron de aquella manera, los que tienen una tesis indigna y un máster regalado. Se especializaron menos en la técnica y más en otros asuntos de andar por casa. Saben que el modo de seguir mangoneando es tener a los listos bien pagados y bien especializados, mientras ellos, se inventan comités científicos y convierten cualquier ciencia en política como timadores de tres al cuarto. Quizá, para nuestra sociedad, el cuento del foco y la especialización no sea tan rentable.