Jesús Morales Director adjunto de '20minutos'
OPINIÓN

¿Y si es Sánchez quien no quiere a Podemos en Sumar?

Pedro Sánchez y Yolanda Díaz a la izquierda, Ione Belarra e Irene Montero a la derecha.
Pedro Sánchez y Yolanda Díaz a la izquierda, Ione Belarra e Irene Montero a la derecha.
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Pedro Sánchez y Yolanda Díaz a la izquierda, Ione Belarra e Irene Montero a la derecha.

El martes, en la rueda de prensa del Consejo de Ministros, pasó algo inusual. El cónclave aprobó el anteproyecto de la Ley de Familias, la norma más importante que tiene el Ministerio de Derechos Sociales en lo que queda de legislatura. Sin embargo, el secretario de Estado de Comunicación, Francesc Vallés, tomó una decisión que levantó algunas suspicacias: excluir a la ministra responsable del proyecto, Ione Belarra, de la rueda de Prensa oficial en la que se cuentan los acuerdos del Consejo de Ministros. Evidentemente, el PSOE no logró quedarse con el tanto de la ley, sino que Belarra optó por contraprogramar con un vídeo que colgó en redes y en el que contaba las 'bondades' de la ley, entre las que están por ejemplo el permiso de cinco días por cuidados o la ampliación del cheque de 100 euros por hijo. Eso sí, no pudo grabarlo en Moncloa.

La decisión de excluir a Belarra podría ser solo una anéctoda, pero se va sumando a otras actuaciones con bastante intencionalidad por la parte socialista del Gobierno que, siguiendo la línea de puntos, dejan clara la intención de Pedro Sánchez de ir oscureciendo a los ministros de Podemos y, a la vez (o en su lugar), poner el foco sobre la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.

El episodio del Consejo de Ministros se suma a lo sucedido durante la moción de censura que protagonizó Vox con Ramón Tamames. Ahí, con la cesión de turnos por parte de Pedro Sánchez a Yolanda Díaz, pero no a Ione Belarra, se pudo ver con más claridad la estrategia del presidente socialista respecto a lo que pretende que suceda en el reparto a la izquierda del PSOE. Sánchez cedió un turno de la réplica a Tamames a Yolanda Díaz, y con ese gesto le dio el mejor escenario para explicar su proyecto de Sumar. Las otras ministras de Unidas Podemos también pidieron hablar, pero el PSOE fue tajante en no permitirlo, así que nadie pudo ver ante la tribuna del Congreso que quizá Belarra o Montero también tenían algo que decirle a Tamames y a Vox.

En política también se cumple el refrán de que 'no hay dos sin tres', así que seguro que tardamos pocas semanas en que se produzca otro impulso expreso por parte del Gobierno socialista a favor de Díaz y en contra de las otras dos ministras de Unidas Podemos. Desde el PSOE han llegado a la conclusión de que necesitan que el foco sea el tándem Sánchez-Díaz y cualquier aparición con Belarra o Montero complican la estrategia, así que de aquí a noviembre los gestos del presidente para aupar a Díaz y tapar a las ministras de Podemos irán a más.

El PSOE sabe que en las próximas elecciones generales seguramente ya no será el partido con más diputados en el Congreso. Tienen encuestas que lo sitúan como segunda fuerza, por detrás del PP en más de la mitad de las circunscripciones, pero asumir esa realidad demoscópica no quiere decir que el PSOE se vea fuera de La Moncloa en 2024. Al contrario, cada vez creen que tienen más opciones de poder continuar las próximas generales. Y para conseguirlo, su partida ahora está en lograr que el proyecto de Yolanda Díaz se convierta en la tercera fuerza del Congreso de los Diputados, situando a Sumar por delante de Vox en algunas circunscripciones clave (que van desde Madrid a Sevilla, pasando por Zaragoza, Alicante, Valencia, Granada o Asturias).

Así que el PSOE en realidad no tiene como única prioridad desgastar a Feijóo, que también, sino en conseguir que Sumar atraiga a un numeroso grupo de votantes de izquierda pero también ciudadanos más centrados desencantados de los partidos actuales. Necesitan a un Sumar por encima del 13% y un Vox por debajo de ese porcentaje.

El discurso que asume ahora el PSOE de Sánchez para su socio a la izquierda es el que Iñigo Errejón planteó en forma de órdago a Pablo Iglesias hace unos años con su modelo transversal en vez de un partido puro de izquierdas. Y conseguirlo pasa por un Sumar que no esté 'contaminado' por Podemos, como sostienen algunos.

En este plan surge la duda de si el PSOE realmente ha hecho las cuentas bien. ¿Puede Sumar convertirse en tercera fuerza de España si no cuenta con Podemos? Esa es la pregunta clave. Entre los socialistas hay quienes consideran que es posible, y deseable. Para una posible segunda legislatura, necesitan un socio más abierto que esté liderado por Yolanda Díaz y así evitarse algunos episodios de esta actual legislatura.

Pero, por más encuestas que en un momento dado puedan reflejarlo, no tendrán la certeza de si es una estrategia de éxito o fallida hasta el día de las elecciones.

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