Una nueva ley que negocia la UE permitirá al Gobierno limitar la llegada de gas licuado de Rusia si los operadores siguen comprando

Ribera conversa con la ministra francesa de Transición Ecológica con la ministra sueca y presidenta de Energía al fondo, este martes en Bruselas.
Ribera conversa con la ministra francesa de Transición Ecológica con la ministra sueca y presidenta de Energía al fondo, este martes en Bruselas.
EFE
Ribera conversa con la ministra francesa de Transición Ecológica con la ministra sueca y presidenta de Energía al fondo, este martes en Bruselas.

Las importaciones a España de gas natural licuado (GNL) procedente de Rusia registraron un récord en 2022, el año en el que empezó la guerra en Ucrania y la UE se conjuró para reducir su dependencia energética de Moscú. El Gobierno afirma que de momento no puede hacer más que pedir a los operadores energéticos que dejen de comprarlo allí pero ya tiene el horizonte la manera en la que podrá restringir la llegada de GNL que el sector compre de Rusia. El Consejo de Energía ha acordado este martes añadir una "cláusula de seguridad" para que los Estados miembros puedan limitar temporalmente las importaciones de gas ruso y también de Bielorrusia dentro de la directiva sobre gas e hidrógeno que ahora tendrá que negociar con el Parlamento Europeo.

Esta es la solución con la que los gobiernos europeos quieren contar para afrontar el notable incremento que, en el caso de España, experimentaron las importaciones de gas natural licuado desde Rusia, que llegó en barco a los puertos españoles. En concreto, el año pasado fueron un 56% superiores al año anterior una vez que Rusia había lanzado ya su 'guerra energética' contra la UE, donde España se mantiene igual de firme que el resto de países para no permitir lo que consideran el "chantaje" por parte de Vladimir Putin.

Sin embargo, no parece que lo vean así los operadores energéticos. El gas ruso no está sometido a sanciones de la UE y con los gasoductos NordStream paralizados, la vía de entrada a la UE es por barco, en estado licuado. Los operadores energéticos han aumentado sus compras a España, a pesar de los varios llamamientos que ha lanzado la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, para que dejaran de cerrar contrato de compra. La última vez, la semana pasada, cuando envió una carta a las energéticas españolas y a los principales comercializadores privados para pedirles que dejen de comprar combustible procedente de Rusia. Les pidió “máxima colaboración y apoyo” para que “las medidas sancionadoras destinadas a debilitar económica y financieramente a Rusia para detener su agresión (…) tengan el efecto deseado”.

Junto con esta decisión voluntaria, Ribera ha llegado este martes al Consejo de Energía que se ha celebrado en Bruselas dispuesta discutir con sus colegas sobre cómo "gestionar" estas importaciones en las que, por el momento, los gobiernos no pueden intervenir. "No es descartable que se plantee el asunto de cómo gestionar las importaciones de GNL procedente de Rusia, veremos cómo se va avanzando en esta situación", ha dicho antes el inicio de la reunión.

La conclusión es que los ministros han acordado introducir una "cláusula de seguridad" en su posición sobre la directiva sobre gases renovables e hidrógeno que ahora tienen que negociar con el Parlamento Europeo. Si así se acuerda, el nuevo reglamento les permitirá "tomar medidas proporcionadas para limitar temporalmente las importaciones de GNL de Bielorrusia y Rusia".

"Esto dará la posibilidad a los Estados miembros restringir temporalmente las capacidades para el gas, incluyendo gas natural licuado", ha indicado en rueda de prensa la comisaria de Energía, Kadri Simson, que se ha referido en particular a "los Estados miembros occidentales", que podrán adoptar medidas nacionales si reciben mayores volúmenes de GNL de Rusia o Bielorrusia que años anteriores, como es el caso de España.

Para que sea una realidad, el Consejo de la UE -los gobiernos- y el Parlamento Europeo deberán llevar a buen puerto la negociación sobre este nuevo reglamento en unas negociaciones que la presidenta del Consejo de Energía, la ministra sueca Ebba Busch, ha esperado que empiecen lo antes posible. Después, el Gobierno deberá trasponerlo a la ley nacional.

Coches y gas

Por otra parte y tal y como estaba previsto, el Consejo de Energía ha dado la luz verde definitiva a la modificación de una directiva de 2021 para fijar objetivos de reducción de emisiones de CO2 en los vehículos nuevos que se venden en la UE y que como gran novedad introduce que a partir de 2035 no será posible poner en el mercado vehículos y vehículos ligeros de combustión.

El acuerdo estaba cerrado desde principios de marzo pero en el último momento Alemania se opuso a él y conformó una mayoría de bloqueo con Italia y Polonia que solo pudo deshacerse el pasado fin de semana con un acuerdo entre el canciller alemán, Olaf Scholz, y la Comisión Europea, a cambio de una propuesta para poder sustituir los coches de combustión por coches que se muevan con combustibles sintéticos, sobre los que Ribera ha mostrado sus dudas este mismo martes. En todo caso, fue la base del acuerdo que cerraron de nuevo este lunes los embajadores de los Veintisiete en Bruselas y que, como se esperaba, han ratificado los ministros, con el voto en contra de Italia y Polonia pero ya no el de Alemania.

Al final ya de la temporada de calefacción en Europa los ministros han analizado el estado de las reservas de gas y la preparación para el próximo invierno y han respaldado la propuesta de la Comisión para extender un año más, hasta marzo de 2024, la reducción de consumo de gas de un 15%, con el objetivo de poder cumplir con la obligación de volver a tener los almacenes al 90% el próximo mes de noviembre.

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