Francisco Gan Pampols Teniente general retirado
OPINIÓN

El otro lado de la colina

Un tanque ucraniano llega a su posición en la línea del frente en Bajmut, región de Donetsk.
Un tanque ucraniano llega a su posición en la línea del frente en Bajmut, región de Donetsk.
AP / Lapresse
Un tanque ucraniano llega a su posición en la línea del frente en Bajmut, región de Donetsk.

El título de la pieza de hoy hace alusión al título del libro de un famoso estratega e historiador militar británico: sir Basil Liddell Hart y su libro The Other Side of the Hill escrito en 1948. En el prefacio de ese libro sir Basil explica la necesidad que tiene todo mando militar en operaciones de intentar desentrañar qué hay "detrás" de la primera línea de los ejércitos que están combatiendo, qué ocurre en la profundidad del teatro de operaciones y, fundamentalmente, qué pensamientos anidan dentro de la mente de sus generales.

De la información que disponemos, no olvidemos que es siempre escasa, parcial y sesgada, podemos deducir que por parte ucraniana la estructura de mando militar se ha mantenido estable, salvo una destitución militar (el responsable de las fuerzas armadas ucranianas en el Donbás el pasado mes) y otra política (el ministro de Defensa afectado por un caso de corrupción), y que el plan de campaña se está llevando adelante de forma coordinada y muy efectiva. Por lo que respecta a la Federación Rusa (FR) sabemos que, al menos, ha habido tres modificaciones en profundidad de la estructura de mando de la operación con ceses de sus responsables, que el mando unificado ha sido consecuencia de las graves -en ocasiones catastróficas- deficiencias demostradas en el planeamiento y conducción de las operaciones entre febrero y octubre del 2022 y que, en la actualidad, el planeamiento y dirección de esas operaciones corresponde al jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia, Valeri Gerasimov.

En estos momentos, los aparentes objetivos operacionales de los mandos militares serían: para Ucrania, lograr el máximo desgaste del ejército de Rusia en zonas urbanizadas (Avdivka, Vuhledar, Bajmut, Donetsk…), impedir la concentración de los esfuerzos necesarios para iniciar una acción ofensiva a gran escala mediante la acción sistemática de fuegos de precisión en profundidad y lograr (re)constituir una fuerza capaz de iniciar una contraofensiva que alcance el mar de Azov a la altura de Mariúpol cortando el enlace terrestre de la Rusia continental con la península de Crimea. Rusia, por su parte, pretendería alcanzar y consolidar una línea en el Donbás que le permitiera conseguir congelar el conflicto transformándolo en algo rutinario y de baja prioridad; en el ínterin, seguir desgastando al ejército ucraniano por los fuegos y el estrés logístico, obligándole a desplegar sus fuerzas a lo largo de toda la frontera con Rusia y Bielorrusia, impidiendo así su capacidad de concentración. El anunciado despliegue de armas nucleares tácticas en Bielorrusia contribuye a hacer más creíble esa posibilidad.

Mi pregunta es si con este panorama se puede llegar a pensar en que por una u otra parte cabría iniciar una acción resolutiva. Sinceramente creo que no. Una vez más, es tiempo para que los estadistas encuentren la oportunidad para iniciar un cambio más necesario que nunca en el devenir de este conflicto. El camino es evidente, el acuerdo no.

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