Lucía Rivera, en 'Espejo Público': "Tuve mucha distorsión con mi cuerpo, es un problema que tienen muchas mujeres"

Lucía Rivera, en 'Espejo Público'.
Lucía Rivera, en 'Espejo Público'.
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Lucía Rivera, en 'Espejo Público'.

La vida de Lucía Rivera podía parecer la deseada por muchas jóvenes de su edad. Sin embargo, la hija de la actriz Blanca Romero ha dejado claro, en su libro Nada es lo que parece, que su vida no ha sido un camino de rosas.

Este viernes, la modelo de 24 años ha presentado su novela en Espejo Público, donde ha comentado algunos de los episodios más duros de su vida personal y profesional.

"Tampoco quería victimizarme ni hacer un drama de todo esto. Al final, es la vida de alguien, como puede ser la de cualquier persona, pero es verdad que me gusta contarlo y ha sido un descanso porque habían creado un personaje totalmente ficticio de mí que no existía", ha comenzado la joven.

Susanna Griso, por su parte, ha comentado que la vida de Lucía ha sido complicada desde el principio, a lo que la invitada ha apuntado que nació mediante una cesárea en la que le rompieron los dos fémur. El hospital, además, no contaba con incubadora, por lo que su abuela la llevó "en una cesta de mimbre con bolsas de agua caliente" a un hospital más grande donde llegó "con una parada cardíaca porque tenía una hemorragia horrible".

En cuanto a la terapia a la que acude, Rivera ha recalcado que su psicóloga "tiene un buen trabajo" porque había que "remover mucha mierda". En cuanto a la relación con Cayetano, la joven señala en su libro que creyó que llevaba "sus genes hasta los siete años". En la obra, además, Lucía narra que pasó por un total de once colegios y, como no encajaba en ninguno, terminó juntándose con personas que no le convenían.

Respecto a su vida amorosa, en su libro, Lucía Rivera destaca que fue victima de maltrato psicológico durante su primera relación, algo que fue a peor en la segunda, donde sufrió abusos físicos: "Doy gracias de que fueran mis primeras relaciones. Creo que la violencia machista está muy blanqueada en la adolescencia y existe. Dicen que estamos muchísimo más concienciados, pero yo creo que no".

"Mirara donde mirara, yo veía eso porque las relaciones de mis amigas eran iguales que la mía. Fui a hacer la Fashion Week de Barcelona, donde me dijeron 'estás muy delgada, te tenemos que cancelar'. Me di cuenta de que estaba perdiendo muchísimas cosas por él, me aislé. Fui a un endocrino que me dijo 'no sé cómo puedes estar andando y seguir viva'. Me di cuenta de que tenía que salir de ahí y mi madre fue la primera que me dijo que nos íbamos a Madrid, donde no tuve problemas", ha recordado la joven.

En lo que se refiere a su padre biológico, la joven ha destacado que "cuando una niña es adoptada, tiene mucha intriga por la genética". Así, ha comentado cómo fue conocer a su padre biológico: "Fue un encuentro bastante desafortunado y me dio mucha pena ver que le pasó eso a mi madre porque yo le había puesto como a un superhéroe. Cuando lo conocí fue todo bien hasta que, por detrás, habló con mi madre".

Sobre la relación con su cuerpo, Lucía Rivera ha explicado: "Tuve mogollón de distorsión con mi cuerpo. Yo me veía gorda y no lo estaba. Creo que la violencia con el cuerpo de la mujer empieza desde muy temprano, desde que somos adolescentes. Creo que la mujer tiene muchos problemas con el tema de su cuerpo y, cuando creces, te dicen que no tienes culo, que no tienes pecho, que estás muy delgada o estás muy gorda".

"Yo empecé a vivir de mi cuerpo cuando tenía 15 años. Eran unas medidas y unos cánones en los que tenía que estar sí o sí. Lo raro es que me pidiera que estuviera más gorda, aunque creo que también era porque yo soy conocida y me metían más caña", ha agregado Rivera. Por su parte, Susanna Griso ha recalcado que, al ser madre de niñas y niños ha notado mucho las diferencias de los comentarios de la gente: "Al niño pocas veces se le dice algo físico. A la niña es constante, desde que es un bebé ya recibe comentarios de 'qué guapa, qué pelo, qué delgadita estás'... Es un machaque brutal. Siempre es un comentario físico y te acaba condicionando".

"Es cierto que yo no me vi cara de pan hasta que no me lo dijeron. Influye mucho la opinión de las personas que te dan trabajo y que te dan de comer", ha agregado la joven. En cuanto a su corte de pelo, Rivera ha destacado que le obligaron a cortárselo para un trabajo: "Me lo dejaron fatal, decidieron arreglármelo y cuando llegué hubo bronca. Siempre había broncas, estamos muy machacadas las mujeres con nuestro cuerpo y si eres modelo, mucho más".

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