Juan Luis Saldaña Periodista y escritor
OPINIÓN

Prefiero a Jordi Wild

El estudio de radio, un lugar en el que se corre más que en la Fórmula 1.
El estudio de radio, un lugar en el que se corre más que en la Fórmula 1.
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El estudio de radio, un lugar en el que se corre más que en la Fórmula 1.

Un anuncio sobre disfunción eréctil. Otro de una aseguradora. Otro de una farmaceútica disimulado con algún chiste barato. La cuña siempre divertida del sorteo de la ONCE. Habla el periodista, pero siempre parece que tiene mucha prisa. Presenta la tertulia y pide a los invitados un titular en quince segundos. Los tertulianos no dan el titular, dan frases vacilantes y sin gancho. Alguien nos persigue. Suenan unos pitidos. Desconexión local.

Talleres de coches, galletas, colchones, publicidad institucional disimulada, la voz neutra que explica cómo está el tráfico y que siempre dice lo mismo, aunque sea diferente. Más pitidos. Más anuncios. El de los deportes dice algo de prisa y corriendo. Volvemos a la tertulia pero no hay tiempo para escuchar nada porque entra una entrevista telegráfica con alguien muy importante al que tampoco se le deja hablar demasiado.

Pasa el tiempo y nadie ha podido expresarse en paz. Hemos escuchado argumentos superficiales, esbozos, tweets de audio, nada. El tiempo para el análisis se pierde por una supuesta prisa, por un ajuste de tiempos que el propio medio de comunicación se impone. Hay radios que parecen ese tipo ocupadísimo con el que nunca se puede hablar, esa persona intrascendente que siempre está pensando en algo que no es ahora. La radio parece que va hacia un precipicio que no acaba de llegar.

Talleres de coches, galletas, colchones, publicidad institucional disimulada, la voz neutra que explica cómo está el tráfico y que siempre dice lo mismo, aunque sea diferente.

Me bajo del tiempo real como quien se apea de un AVE y escucho espacios de audio en internet. La cosa cambia. No hay persecución, la publicidad no lo es todo. Y, además, me encuentro con algún programa como el de Jordi Wild en el que las entrevistas son larguísimas y los invitados pueden hablar con tiempo y con calma. Eso sí, hay que decir alto y claro que eso no es periodismo, no nos vaya a dar un infarto. Quizá nos llevemos una sorpresa si lo analizamos honestamente.

Los que se llaman periodistas van a estos podcast para hacer sus noticias y sacan titulares de ellos. Eso sí es periodismo. Chorizar contenido y copiar notas de prensa. Está claro. Vamos demasiado rápido para no ir a ningún sitio. ¿Cuál es la meta? ¿El EGM? ¿Unas encuestas sesgadas hechas por teléfono que cada uno manipula a su antojo? El número de reproducciones de las entrevistas del Jordi Wild es significativo y debería llamar a reflexión. La gente no es idiota. Me quedo sin espacio, se me echa el tiempo encima. Señal horaria. Pi. Pi. Piiiiiii. Hasta la semana que viene.

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