Tras sus problemas con la justicia en el año 2020, la Policía Nacional ha vuelto a detener a Rafael Amargo acusado de, supuestamente, traficar con diferentes sustancias. Unos hechos que tanto el bailaor como su abogado, Jaime Caballero, han insistido en negar.

La detención tuvo lugar la noche del pasado jueves, cuando el artista terminó una de sus actuaciones en la sala Casanova de la calle de San Isidro (Alicante). Según los investigadores, Amargo seguía traficando con sustancias estupefacientes desde su vivienda hasta hace unos meses, situada en la calle del Espíritu Santo, en el barrio de Malasaña, en Madrid.

Este viernes, Espejo Público ha podido hablar en directo con Jaime Caballero, abogado de Rafael Amargo. "Desconozco la causa ahora mismo. A mi cliente le detuvieron anoche. Lo que sí sabía Rafael como todo su entorno es que esto iba a pasar", ha destacado el letrado.

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"Sabíamos que la primera causa, la principal, por la que piden nueve años de cárcel, lo que a mi juicio es una barbaridad para lo que tiene este señor. Es una causa poco atada en el sentido de que nosotros presentamos un escrito de defensa acreditando que faltaban esas pruebas que podían implicar o liberar a mi cliente", ha agregado Caballero.

"Curiosamente, es el mismo grupo de policías de Madrid Centro quien ha vuelto a abrir la segunda causa. Esta causa la esperábamos porque los vecinos fueron absolutamente soliviantados por una persona que tenía un conflicto con Rafael, que era el propietario de su casa. También puedo decir que yo estuve en esa vivienda en una ocasión y era un portal que abrían, cerraban y entraba toda la gente del barrio. Narcotraficantes no. Yonquis que iban a drogarse en la escalera", ha destacado el abogado.

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Respecto a la acusación de Amargo, que hace unos meses aseguró en una entrevista con Diego Revuelta que, en su caso, había dos manos negras, Jaime Caballero ha apuntado: "Yo, lo que puedo acreditar y documentar es que el propietario de la vivienda, al que Rafael, cuando se cambió de piso y vendió su casa anterior a raíz del primer problema, le amenazó diciendo que o le pagaba o tendría problemas porque los vecinos se quejaban del portal".

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"Este conflicto parte de un problema personal con una persona que tiene nombre y apellidos. Está documentado y a partir de ahí se intenta culpar a Rafael de que la gente que entraba y salía de ese portal estaban vinculadas, de alguna forma, a él", ha sentenciado Jaime Caballero.