Brochazos, humedades y grietas revelan la "falta de cuidado" en las obras de cuarteles de la Guardia Civil

Brochazos, humedades y grietas revelan la "falta de cuidado" en las obras de cuarteles de la Guardia Civil.
Imagen de una de las obras investigadas que se efectuó en un cuartel de la Guardia Civil en Crespos (Ávila)
EP | Liliana Ochoa Breijo
Brochazos, humedades y grietas revelan la "falta de cuidado" en las obras de cuarteles de la Guardia Civil.

Un informe pericial revela la "falta de cuidado en los detalles" en las obras de reforma de los cuarteles de la Guardia Civil por las que el empresario canario Ángel Ramón Tejera de León, alias 'Mon', facturó hasta 3,3 millones de euros, un extremo que fue corroborado posteriormente por agentes del Instituto Armado en sendas declaraciones.

Así consta en el sumario -al que ha tenido acceso Europa Press- de la investigación que se sigue en el Juzgado de Instrucción Número 3 de Madrid, donde se indaga en las presuntas irregularidades cometidas en el proceso de adjudicación de obras de al menos 13 cuarteles de la Guardia Civil.

Esta pericial fue elaborada en agosto de 2019 a petición del Juzgado de Instrucción Número 2 de Ávila -que luego se inhibió al juzgado madrileño- y en la misma se pone el foco en las obras contratadas en distintos acuartelamientos del Instituto Armado en la provincia. El documento incide asimismo en la "falta de previsión" de las empresas que realizaron los trabajos.

Las 134 páginas del informe evidencian las carencias en la pintura del acuartelamiento situado en Navarredonda de Gredos, donde la empresa Angrasurcor -de la que 'Mon' es administrador- cobró unos 50.000 euros y dejó puertas pintadas solo por la cara visible y descuidadas por el otro lado. Lo mismo ocurrió en una obra por la que se abonaron 4.790 euros a la misma empresa, revelando el documento imágenes de la puerta de acceso al acuartelamiento con su pintura cuarteada y cayéndose en pedazos.

Un "resultado deficiente"

Otro de los problemas mencionados era que la empresa había pintado varias habitaciones sin retirar las placas que había en sus paredes, pudiéndose apreciarse "el cambio de color de la pintura anterior" y evidenciando, una vez más, "la falta de cuidado". Además de dejar varias estancias con varios colores mezclados, la empresa tampoco puso cuidado en proteger algunas ventanas con la cinta correspondiente, dejando "rebabas" en muchas de ellas. Lo mismo sucedió en las instalaciones de calefacción, donde no dudaron en dejar "brochazos" y un "resultado deficiente".

El método utilizado para el acondicionamiento de oficina de una compañía y su vestuario revela a su vez algunas de las chapuzas realizadas por las empresas. El informe incide en que la misma rellenó un hueco "con cemento en vez de solado" y que en los vestuarios no se dejó "ningún enchufe". "Sacarlo ahora sería mayor trabajo y más costoso, y demuestra falta de previsión", detalla.

Un año después de la emisión de dicho informe varios agentes de diferentes comandancias corroboraron este 'modus operandi' al señalar también deficiencias en las obras efectuadas entre 2016 y 2017 por las empresas de 'Mon' en sus respectivos acuartelamientos y precisar que se trató de un trabajo "muy poco profesional" con "pintura sucia" que dejó "salpicaduras" y "grietas". 

Presentación de quejas

Por su parte, consta que un comandante del cuartel de Jacarilla (Alicante) llegó a enviar en 2016 un correo electrónico para dejar constancia por escrito de sus quejas sobre los trabajos de rehabilitación que se ejecutaron en su acuartelamiento. Según consta en el documento, el agente avisó de las imperfecciones de la obra. "En cuanto a la carpintería metálica de rejas exteriores, solo se ha procedido a pintar de negro su zona exterior (no se ha pintado la zona interior de ninguna reja)", indicó.

Asimismo, recalcó que en la fachada principal se habían pintado zonas "sin haber sido saneadas previamente". "No han sido picadas ni se ha aplicado ningún tipo de armadura de fibra sobre las mismas", añadió, al tiempo que relató también que ya se apreciaban "grietas" en varias ventanas. Y agregó: "En cuanto al mástil de la bandera, quedan partes sin pintar de negro".

Al hilo, un capitán que estuvo destinado en la Comandancia de Vall de Uxó (Castellón) aseguró también que una serie de obras que se facturó nunca llegó a ejecutarse y que las que sí se hicieron no fueron profesionales: "Casi todos los cristales se quedaron con restos de proyectado e incluso con el tiempo algunos puntos se fueron desconchando".

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